

La enfermedad de alzhéimer (EA) o enfermedad del olvido, como la denominó Alois Alzheimer, presenta una etiología multifactorial que se caracteriza por la presencia de un proceso neurodegenerativo crónico y progresivo causante del deterioro cognitivo, alteraciones psicológicas y conductuales y déficit funcional. Presenta una elevada incidencia y prevalencia en los países desarrollados que aumenta a partir de los 65 años, duplicándose esa incidencia cada cinco años. Con el diagnóstico de esta enfermedad se producen importantes cambios en la forma de habitar, tanto del paciente como de sus cuidadores y/o familiares. Alteraciones provocadas por la desorientación, falta de control, inseguridad, carencia de intimidad etc. Son un conjunto de problemas que acompañan a los derivados de la perdida de salud y que generan elevados niveles de estrés tanto en el enfermo como en su entorno cercano.
Junto con el impacto emocional, la EA tiene también un gran efecto social y económico. El 67% de los hogares habitados por enfermos de Alzheimer y sus familiares o cuidadores desconocen que hay elementos, espaciales y ambientales, que influyen en la reducción del estrés, la estimulación de los sentidos y la orientación espacial y temporal de las personas. Estos factores están muy relacionados entre sí y definen, junto con la accesibilidad y la seguridad, el nivel de intervención más importante en los espacios habitados por este colectivo: la personalización. Este factor es el diferenciador respecto a otro tipo de usuarios con diversidad funcional física o sensorial.
Las soluciones habitacionales que hay que implementar, para aumentar la calidad de vida y facilitar el cuidado del paciente con EA, hacen imprescindible que el proyecto arquitectónico contemple e incorpore las necesidades concretas de este colectivo.
- ¿Cómo debe ser el espacio doméstico para que disminuya el estrés del enfermo al desarrollar esas AIVD?
- ¿Cuáles son las condiciones óptimas de confort y bienestar para una persona con EA en diferentes horas del día y en cada estación del año?
- ¿Qué elementos presentes en la arquitectura influyen en mayor grado en una estimulación emocional determinada?
- ¿Cuáles son las estrategias de diseño de espacios para que éstos ayuden a los enfermos en su vida diaria?
La finalidad del proyecto ALZARQ es conocer y determinar, cuantitativamente, cuáles son las variables espaciales y ambientales óptimas para que una persona afectada por la EA pueda desarrollar en su entorno cotidiano, de forma autónoma e independiente, sus Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD). Es decir, realizar tareas como: cocinar, lavar ropa, desplazarse de habitaciones, utilizar tecnologías y medios de comunicación, deambular por espacios libres con normalidad y sin miedo, estrés o ansiedad.
El conocimiento obtenido es utilizado para diseñar entornos activos y asistidos que sean eficaces estimuladores sensoriales-emocionales que mejoren la calidad de vida del usuario a lo largo de la evolución de la EA. El método de esta investigación consiste en analizar, en las personas afectadas por esta enfermedad, la influencia combinada y ponderada de diversas variables espaciales como: temperatura, iluminación, sonido, orientación, texturas, dimensión espacial. En definitiva, se trata de conocer las características que tiene que tener un entorno, ambiente o hábitat doméstico, para diseñar soluciones habitacionales que mejoren el confort, autonomía, seguridad y bienestar doméstico de una persona con EA.