Investigadores de la Universidad de Sevilla demuestran que el consumo de este ácido mitiga los daños en lípidos, proteínas y ADN que puede causar el consumo masivo de alcohol
Beber mucho en un corto periodo de tiempo, como los fines de semana, especialmente bebidas de alta graduación. Es lo que se conoce en la literatura médica como “binge drinking” y en la calle como “botellón”. De todos es conocido sus efectos del día después cuando una tal resaca visita tu cabeza y estómago, para vengarse de tu cuerpo.
Los científicos han demostrado que en situaciones de alcoholismo crónico, el ácido fólico disminuye el riesgo cardiovascular y evita el estrés oxidativo en corazón y en riñón de ratas, es decir, el daño que se produce en sus células por el desequilibrio entre oxidantes y antioxidantes. Este desajuste oxida lípidos, proteínas y ácidos nucleicos, que resultan en un cambio estructural y funcional celular. Para contrarrestar este proceso se necesitan antioxidantes, como el ácido fólico.