235. ELIA EUDOCIA
Nacida con el nombre de Atenais en el 401, era hija del filósofo sofista ateniense Leoncio, quien le había proporcionado una docta instrucción. Tenía dos hermanos mayores, Valerio y Gersio, quienes, a la muerte de su padre y en contra de la voluntad de este último, la repudiaron. Sola y sin tener a dónde ir, acudió a casa de unos familiares en Constantinopla. En ese momento, Pulqueria, hermana del emperador Teodosio II, buscaba una óptima candidata para casarlo. Esta debía cumplir con los deberes del matrimonio y, además, tenía que ser totalmente ajena al círculo de la corte para evitar posibles intereses políticos y religiosos.
Constantinopolis
Así, supo que una joven educada y de belleza extraordinaria había llegado a la ciudad, por lo que decidió concederle una audiencia. Atenais sorprendió a Pulqueria por su apariencia, inteligencia y sofisticación. Teodosio quedó prendado y poco tiempo después se llevó a cabo el enlace. Atenais se convirtió al cristianismo y cambió su nombre a Elia Licinia Eudocia. De esta unión nacieron tres hijos: Licinia Eudoxia, Arcadio y Flacila. Al nacer su primogénita, fue proclamada Augusta y mandó llamar a sus hermanos a Constantinopla. Convenció a su esposo para que nombrara a Gersio prefecto del pretorio de la provincia de Illyricum y a Valerio magister oficiorum.
Con la boda de su primogénita todo cambió. Prometida con el futuro Valentiniano III, desde el Imperio de Occidente enviaron al pagano Rufio Antonio Agripnio Volusiano para que organizara los preparativos de la boda en Constantinopla. Este era tío de la famosa cristiana ascética Melania la Menor, quien, ante la noticia, no dudó en viajar a Constantinopla para reencontrarse con él. De esta forma, Eudocia conoció a la joven Melania que le mostró los preceptos del ascetismo. Tras la boda de Licinia Eudoxia, sobre el año 438, Eudocia peregrinó hacia Jerusalén para ver a Melania, en su monasterio sobre el Monte de los Olivos y su comunidad de vírgenes. En dicho peregrinaje, también acudió a la iglesia de la Resurrección, oró en Antioquía haciendo gala de una increíble retórica y contribuyó al traslado de las reliquias de Juan Crisóstomo. Todo ello la confirmó como una piadosa mujer imperial que seguía la estela de Elena de Constantinopla.
Pese a sus esfuerzos, no conseguía igualar el poder y la popularidad de Pulqueria. Este hecho fue utilizado por Crisafio, eunuco de la corte que quería aprovechar la debilidad de Teodosio II para ostentar el poder. Utilizó a Eudocia para que alejara a aquella del emperador. Sin embargo, fue descubierto posteriormente. Eudocia cayó en desgracia poco después al ser acusada de adulterio con Paulino, magister oficiorum y amigo íntimo de Teodosio II. Si bien es verdad que les unía un gran afecto, no pudieron demostrar su inocencia. Paulino fue ejecutado y Eudocia se retiró en el año 440 a Jerusalén. Se reconcilió con Pulqueria no sin antes haber participado en la rebelión de los monofisitas de Siria y haber sido acusada de asesinato. Consagró sus últimos días al estudio y la literatura. Murió en el año 460 dejando un legado en la historia como emperatriz consorte cristiana de origen pagano y autora de numerosas obras, entre las que destacan las paráfrasis de los libros de Daniel y Zacarías o un poema sobre las victorias en Siria de su esposo.
Patricia Téllez Francisco
Universidad de Sevilla
Sólido de Elia Eudocia. Anverso: busto de Elia Eudocia. Leyenda: AEL. Eudocia AUG. Reverso: Representación de la diosa Victoria estante. Leyenda: VOT XX MVLT XXX, CONOB. Siglo IV. Constantinopla.
Fuentes principales
Juan Malalas, Cronografía, r.14.353.7.
Zósimo, Nueva historia, 6.
Selección bibliográfica
Cañizar Palacios, J.L., “La figura imperial femenina en época tardorromana a través de Zósimo y el Cth”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, H.ª Antigua 15 (2004) 225-240.
Holum, G.K., Theodosian Empresses: Women and Imperial Dominion in Late Antiquity (Berkeley – Los Ángeles 1989).
Villarrubia Medina, A., “Notas generales sobre la poesía de Eudocia Augusta”, Habis 39 (2008) 335-361.