231. ELIA FLAVIA FLACILA
Elia Flavia Flacila fue esposa del emperador Teodosio I y Augusta de Oriente entre 379-386. Nació en Hispania en una familia descendiente de la gens Aelia, quizás emparentada con el emperador Trajano. Hacia el 377 se casó con Teodosio y cuando este fue nombrado emperador tenían ya dos hijos, Arcadio y Pulqueria. La familia, junto con otros parientes, se trasladó a Oriente, instalándose a partir del 380 en Constantinopla. Allí Flacila tuvo una residencia propia cercana a la iglesia de los Santos Apóstoles.
Hispania
Constantinopolis
En el 383 fue elevada al rango de Augusta al mismo tiempo que su hijo Arcadio, futuro emperador del Oriente, y fue honrada con estatuas y monedas, cuyos reversos muestran símbolos cristianos y la leyenda Salus Reipublicae, alusiva a la función de la emperatriz como protectora y salvadora del estado. Se realizaron también retratos suyos, que se colocaron en Constantinopla y en otras ciudades de Oriente formando parte del conjunto de la familia imperial.
El 9 de septiembre del 384 nació su tercer hijo, Honorio, futuro emperador de Occidente. En agosto del 385 murió Pulqueria, a quien el obispo Gregorio de Nisa dedicó una oración fúnebre. Un año más tarde, en el 386, murió Flacila en Escotumis, una estación termal en Tracia, a donde había acudido para tratarse de una enfermedad. Gregorio de Nisa escribió su elogio fúnebre, donde describe su funeral y alaba sus virtudes personales y cívicas. Dice de ella que compartió con Teodosio el poder imperial en términos de igualdad y compitiendo con él en virtudes. Flacila fue también alabada por el rétor Temistio, quien la comparaba con Hera, la esposa de Zeus, y pone de relieve su colaboración en el gobierno con Teodosio.
Destacó por su labor de beneficencia entre los pobres de Constantinopla, su odio al paganismo y su celo en la defensa de la fe nicena frente a los arrianos, que eran mayoría entonces en Oriente. Durante las conversaciones que Teodosio llevó a cabo en Constantinopla para alcanzar un acuerdo con los distintos grupos de cristianos, Flacila le disuadió de que se reuniera con el arriano Eunomio de Cícico, temiendo que éste pudiera convencer al emperador debido a sus grandes cualidades retóricas. Ella recordaba siempre a Teodosio las leyes divinas. Las fuentes cristianas ensalzan su humildad en el cuidado de enfermos y pobres, sus visitas a los monasterios, los asilos y los hospicios de las iglesias, así como su solicitud para servir ella misma la comida y lavar la vajilla, como si se tratara de una sirvienta. Flacila se convirtió en la historiografía eclesiástica en el prototipo de la emperatriz piadosa, que inspiró, al igual que su iconografía, a las sucesivas emperatrices bizantinas.
Mar Marcos
Universidad de Cantabria
AE2 de Elia Flavia Flacila. Anverso: busto diademado de Elia Flavia Flacila. Leyenda: AEL. FLACCILLA AUG. Reverso: representación sedente de la diosa Victoria. Leyenda: SALVS REIPVBLICAE. Siglo IV. Constantinopla.
Fuentes principales
Claudiano, Elogio de Serena, 2.
Gregorio de Nisa, Oración fúnebre de Flacila, 9.
Sozomeno, Historia eclesiástica, 7.6.
Teodoreto de Ciro, Historia eclesiástica, 5.18.
Selección bibliográfica
Holum, K.G., Theodosian Empresses. Women and Imperial Dominion in Late Antiquity (Berkeley 1982).
Marcos, M., “Política dinástica en la corte de Teodosio I: las imágenes de Aelia Flavia Flaccilla”, en Teja, R., Pérez, C. (eds.), La Hispania de Teodosio 1 (Segovia 1997) 155-164.
Marcos, M., “Aelia Flavia Flaccilla, primera emperatriz de Bizancio (379-386 d.C.)”, en Pérez Martín, I., Bádenas de la Peña, P. (eds.), Bizancio y la Península Ibérica. De la Antigüedad tardía a la edad Moderna (Madrid 2004) 1-36.
McClanan, A., Representations of Early Byzantine Empresses: Image and Empire (New York 2002).