206. HIPACIA
Fue una filósofa neoplatónica nacida en Alejandría a comienzos del siglo IV. Se sabe que adquirió formación especializada en el campo de la matemática y la astronomía en el seno del hogar familiar, pues su padre Teón fue uno de los matemáticos más afamados del momento. Su competencia en las matemáticas quedó reflejada en sus comentarios a tres de las grandes obras del mundo antiguo: La aritmética de Diofanto, Las cónicas de Apolonio y la Sintaxis matemática de Ptolomeo, el tratado astronómico más importante hasta la llegada de Copérnico. Con sus comentarios ofrecía a los estudiantes versiones accesibles y actualizadas de las grandes obras científicas.
Alexandria
La intervención de Hipacia no se limitó a una simple labor de edición, sino que introdujo propuestas que revelan su brillantez como científica. En el caso de la obra ptolemaica procede a una actualización de las tablas astronómicas y propone un nuevo cálculo de la órbita solar: el año sótico (365 días 6 horas y varios minutos). El interés de Hipacia por la ciencia no es ajeno a su labor en el ámbito de la filosofía. Como neoplatónica de la Escuela Alejandrina ofrecía a sus discípulos una instrucción bien distinta de la desarrollada en la Academia Ateniense (orientada sobre todo a la teúrgia), y dirigida al conocimiento de las disciplinas científicas como el adiestramiento más adecuado para alcanzar la unión con la divinidad. Impartía magisterio en foros públicos como cualquier otro colega de la escuela alejandrina y contó entre sus alumnos a jóvenes de las elites de las principales ciudades del Mediterráneo oriental. La enseñanza impartida por Hipacia no precisó de cooperación alguna de ningún filósofo, sino que la ejerció en igualdad de condiciones que el resto de sus compañeros de escuela, y cuenta con un grupo de discípulos que mantuvieron una relación de respeto, admiración y afecto por su maestra lo que explica también que su influencia en los circuitos intelectuales primero y después en los políticos (nutridos por antiguos alumnos suyos) fuera enorme y desconocida para el resto de las filósofas. Su magisterio y auctoritas trasciende los límites de la domus, para alcanzar espacios de proyección pública, y su influencia social incluso política fue sin duda enorme, hasta el punto de que su presencia fue percibida por el patriarca de la ciudad Cirilo, como amenazadora.
No resulta extraño que el retrato que las fuentes cristianas hacen de ella fuera negativo y así se la presenta como una maga capaz de doblegar con filtros amorosos la voluntad del prefecto Orestes, cristiano, para explicar su influencia en los asuntos municipales. Su macabro asesinato a manos cristianas durante la Pascua del año 415, arrastrada por un carro, desollada y descuartizada en pedazos que fueron luego incinerados en cada uno de los barrios de la ciudad, fue considerado símbolo de la violencia del conflicto religioso, pero lo cierto es que, tras su muerte, paganos y cristianos siguieron conviviendo durante más de un siglo. Hipacia fue más bien víctima de un conflicto de intereses políticos y con su asesinato se pretendía eliminar el símbolo de la alianza entre paganos, judíos y cristianos, contraria a los intereses del patriarca.
Clelia Martínez Maza
Universidad de Málaga
Elbert Hubbard (1908). Hipacia en Los pequeños viajes de Homes de los grandes maestros, v. 23.
Fuentes principales
Damascio, Vida de Isidoro.
Juan de Nikiû, Crónicas, 84-87.
Sinesio de Cirene, Cartas, 16.
Sócrates de Constantinopla, Historia eclesiástica, 7.
Selección bibliográfica
Martínez Maza, C., Hipatia (Madrid 2009).
Martínez Maza, C., “Hipatia: la auctoritas de una científica como amenaza”, en Fuente, M.ª R., Ruiz Franco, R. (eds.), Mujeres peligrosas (Madrid 2019) 55-76.
Martínez Maza, C., “Hypatia’s heterodox Scientific Teaching”, en Coronel Ramos, M.A. (ed.), Overarching Greek Trends in European Philosophy (Amsterdam 2021) 223-250.
Watts, E. J., Hypatia. The Life and Legend of an Ancient Philosopher (Oxford 2017).