139. VIBIA SABINA
Frente a la casi invisible e irrelevante mención que hacen las fuentes sobre Vibia Sabina, se ha conservado un abundante y variado legado, tanto numismático como epigráfico, que ayuda a esclarecer los detalles de su vida. Fue una de las emperatrices consortes más representadas del Imperio romano y jugó un importante papel dentro de la dinastía Ulpio-Elia. Nació en el año 86 y era hija de Matidia la Mayor, sobrina del emperador Trajano, y de su segundo esposo, el cónsul Lucio Vibio Sabino. Si bien no resta apenas información sobre sus primeros años de vida, se sabe que su madre y Plotina idearon el matrimonio de la joven con el futuro emperador Adriano, que se llevó a cabo en el año 100.
Roma
De esta forma se afianzó la posición del heredero de Trajano. Sabina pasó a ser esposa imperial en el año 117 y jugaría un papel determinante como figura de referencia en las políticas religiosas y culturales de su marido. Adriano divinizó a Matidia la Mayor, asimilando su culto con el de Eleusis. Sabina, por su parte, ostentó el título de “hija de la divina Augusta”, relacionándola con la diosa Koré. Esta asimilación de las tradiciones romanas con los cultos orientales formaba parte de la nueva estrategia de renovación del Imperio que llevó a cabo Adriano, entre otras muchas disposiciones. Así, conseguía integrar de forma general las dos partes del Imperio. Sabina sirvió además para transmitir todos los valores esperados de la domus. Se la representó como una mujer severa, austera y de carácter fuerte.
Sin embargo, Vibia Sabina y Adriano no gozaron de un matrimonio feliz. Su pétrea voluntad y posición hacían imposible la sumisión de la esposa a su marido, ocasionando constantes desacuerdos y conflictos. Vibia Sabina no podía comprender la relación de Adriano con Antinoo, a quien quiso divinizar. Estos hechos mancillaban el nombre de su linaje. Veía en Adriano una aberración de la naturaleza dada la relación que mantenía con Antinoo y su constante esfuerzo por divinizarlo. Además, los problemas se acrecentaban al no tener descendientes con el emperador. La continuidad, por tanto, de la dinastía radicaba en la elección de un nuevo heredero. Esta situación trascendió al ámbito público. Vibia Sabina se posicionó en contra de la adopción de Lucio Ceyonio Cómodo, ya que pretendía continuar la línea de sucesión con sangre de su propia familia. Murió en el 137 y, un año más tarde, recibió la consagración divina del Senado. Su apoteosis está representada en el relieve del Arco di Portogallo, en Roma, donde es conducida por un águila hacia el cielo, figura alegórica de la eternidad.
Patricia Téllez Francisco
Universidad de Sevilla
Fuentes principales
Dion Casio, Historia romana, Epítome del libro 69.
Historia Augusta, Adriano,10.13.
Selección bibliográfica
Carandini, A. Vibia Sabina: funzione politica, iconografia e il problema del classicismo adrianeo (Firenze 1969).
Hidalgo de la Vega, M.ªJ. Las emperatrices romanas: sueños de púrpura y poder oculto (Salamanca 2012).
Hidalgo de la Vega, M.ªJ. “Plotina, Sabina y las dos Faustinas: la función de las Augustas en la política imperial” Stud.Hist. (2000) 191-224.
Pavón, P., “Mujer y mos maiorum en la época de Trajano y Adriano”, en Caballos Rufino, A.F. (ed.), De Trajano a Adriano. Roma matura, Roma mutans (Sevilla 2018) 175-195.