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132. UMBRICIA
Umbricia vivió a principios del siglo II, pero poco se sabe de su nacimiento y linaje. Su nombre nos ha llegado a través de la referencia del jurisconsulto romano Domicio Ulpiano a una resolución de carácter jurídico dictada por Adriano. Esta se refiere a la pena de exilio a la que fue sentenciada esta mujer y revela una cuestión de tipo social de gran interés: la relación entre personas propietarias y esclavas y el abuso de autoridad que las matronas podían llegar a ejercer sobre las esclavas. El exilio se aplicó como condena en diferentes delitos. En cuanto a las mujeres, el adulterio o la colaboración en complots contra la máxima autoridad imperial fueron delitos penados con la expulsión a un lugar alejado de Roma, pero el caso de Umbricia, en época del emperador Adriano, nos revela que hubo otras infracciones menos comunes castigadas con esta pena.
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Roma
Se le debe a Augusto haber puesto en marcha una ley que prohibía, salvo casos extremos, que los esclavos rebeldes o malhechores fueran echados a las fieras, y Claudio dispuso que se diera asistencia por parte del Estado a las personas de condición esclava que hubieran sido abandonadas a causa de la vejez o la enfermedad y se las pusiera en libertad. En cuanto a Adriano fue más allá en esta protección al prohibir que se castigara o matara o a una persona esclava sin el mandato previo de un magistrado, y su sucesor Antonino Pío puso limitaciones a la potestad disciplinaria de los propietarios que, sin atisbo de indulgencia hacia la población servil, a veces, se excedían aplicando el látigo.
El Digesto contemplaba que no era lícito que los ciudadanos romanos sometieran a tratos excesivos a sus esclavos. De modo que a Umbricia se le castigó por haber infringido vejaciones a sus ancillae o esclavas de cámara. Si bien el jurista no ofrece detalles acerca de esas faltas ni quién elevó la denuncia, poetas como Marcial o Juvenal, ilustran sobre estos abusos. Estos escritos moralizantes, por lo general, trataban a las dominae o señoras de la casa con menosprecio, pues, a su juicio, estaban dispuestas a someter a sus esclavas a maltratos por motivos triviales y no les consentían deslices, ni siquiera por aquellas que carecían de experiencia. El de Umbricia es de los pocos casos que conocemos de matronas de la élite a las que se desterró por una actividad considerada delictiva. Es incierto si su conducta fue tan abusiva como para acabar siendo relegada por un lustro a una isla, pero es de suponer que Adriano pretendía un efecto ejemplarizante que hiciese desistir de procederes calificados de “atroces” hacia las esclavas.
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Almudena Domínguez Arranz
Universidad de Zaragoza
Fuentes principales
Marcial, Epigramas, 2.
Ulpiano, Sobre el oficio del procónsul.
Selección bibliográfica
Bradley, K., Slaves and Masters in the Roman Empire: A Study in Social Control (Brussels 1984).
Cenerini, F., La donna romana. Modelli e realtà (Bologna 20132).
Pavón, P., “Prácticas abusivas de la domus reguladas por la legislación de Adriano (D. 1.6.2.0 y 48.9.5.0)”, SDHI 76 (2010) 135-146.