89. MESALINA

89. MESALINA

Mesalina, que vivió entre los años 25 y 48, fue la hija de Domicia Lépida y Marco Valerio Mesala Barbado. Emparentada con la familia imperial, pero procedente de una rama empobrecida, tuvo que aceptar la proposición de matrimonio que le realizó Claudio, quien era casi treinta y cinco años mayor que ella. Con él tuvo dos hijos, Octavia, la primera esposa de Nerón, y Británico, que nació apenas veinte días después de que Claudio fuera proclamado emperador.

Durante los primeros años del reinado de su esposo, Mesalina llevó a cabo una intensa actividad entre bambalinas gracias a la cual consiguió eliminar a buena parte de sus rivales, como Julia Livila, una de las hermanas del fallecido Calígula. Ya más asegurada en el poder, el Senado quiso nombrarla Augusta al poco de nacer su hijo Británico

Roma

Sin embargo, Claudio, que no quería dar la impresión de estar creando una dinastía, rechazó estos honores, lo que probablemente no le sentara bien a Mesalina y comenzó a abrir una brecha entre ambos. Para enrarecer aún más su relación, la vuelta a Roma de Agripina la Menor, otra de las hermanas de Calígula, y madre del futuro Nerón, hizo ver a Mesalina que su posición, y la de sus hijos, podía estar amenazada si esta mujer conseguía seducir a su marido. Para defenderse se rodeó de personajes ilustres, desde senadores a algunas de las principales personalidades del palacio imperial. Según afirma Suetonio, Mesalina trató de asesinar a Nerón.

Finalmente, en un intento desesperado de mantener tanto su posición social como la de sus hijos, Mesalina terminó aceptando la proposición de su amante, Gayo Silio, de casarse con ella adoptando como hijo a Británico. Tácito afirma que este enlace se materializó en el momento mismo en que el emperador se encontraba en Ostia realizando unos sacrificios. Una vez informado de lo que había sucedido en su ausencia, Claudio solo fue capaz de preguntar si todavía seguía siendo el emperador. Ante su indecisión, fueron los libertos imperiales quienes tomaron las riendas de la situación, obligándole a decretar las muertes tanto de Mesalina como de Silio. Aquella, aterrorizada ante las consecuencias de su fracaso, acudió al palacio para rogar por su vida. Su esfuerzo fue vano, pues el liberto Narciso evitó que fuera recibida por Claudio y mandó que fuera ejecutada.

            La imagen de Mesalina, sin embargo, no suele ser recordada por este complot dirigido contra su esposo Claudio, sino por su promiscuidad. Así, Juvenal, en sus Sátiras la califica de meretrix Augusta, y afirma que, cuando dormía el emperador, abandonaba el palacio para ejercer la prostitución en un burdel. Plinio el Mayor recoge, en su Historia natural, una noticia similar. Así, afirma que Mesalina llegó a competir contra una famosa prostituta romana, Escila, para ver cuál de las dos era capaz de acostarse con más hombres en veinticuatro horas. Mesalina venció, llegando a unirse con veinticinco hombres diferentes. Lo más probable es que, lejos de esta imagen, Mesalina fuera una ambiciosa mujer de la familia imperial que hizo lo que consideró más oportuno para el mantenimiento no solo de su estatus personal, sino también las posibilidades sucesorias de su descendencia.

Borja Méndez Santiago

Universidad de Oviedo

A. Pigma (1911). Cuando Claudio está fuera, es Mesalina quien gobierna. Colección privada, Nueva York.

Fuentes principales

Dion Casio, Historia romana, 60.12.5.

Juvenal, Sátiras, 6.114-132.

Plinio, Historia natural, 10.85.

Suetonio, Vida de los doce césares, Nerón 6.4.

Tácito, Anales, 11.26-38.

Selección bibliográfica

Castorio, J.-N., Messaline. La putain impériale (Paris 2015).

Domínguez Leiva, A., Messaline, impératrice et putain. Généalogie d’un mythe sexuel (Dijon 2014).

Ehrhardt, C., “Messalina and the Succession to Claudius”, Antichton 12 (1978) 51-78.

Hidalgo de la Vega, M.ªJ., “La imagen de la ‘mala emperatriz’ en el Alto Imperio: Mesalina, meretrix Augusta”, Gerión 25, 1 (Extra 1) (2007) 395-409.

Hidalgo de la Vega, M.ªJ., Las emperatrices romanas: sueños de púrpura y oro (Salamanca 2012).

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