66. HELVIA
El nombre de Helvia se conoce gracias a la obra que le dedicó su hijo Séneca, una de sus famosas Consolaciones. En ella, esta mujer de la Bética figura con las virtudes femeninas más admiradas en su época y propias de las matronas. Destacó su vida abnegada entregada a su familia, esposo e hijos. Para reconstruir su biografía, contamos también con testimonios epigráficos que ilustran lo que pudo ser la vida de muchas damas de las oligarquías de las provincias romanas, y de su contribución al ascenso social de sus familias.
Sobre la familia de este personaje, el nombre de Helvia ya es evocador. En el municipio de Urgavo (Arjona, Jaén), se conoce a Marco Helvio Novato, al que se identifica con su padre. Aquí debió nacer Helvia. Al parecer su progenitor disponía de una fortuna notable y llegó a ser dunviro y pontífice en esta ciudad.
Urgavo
De su madre, se sabe que falleció dándole a luz. Su padre se volvió a casar, convivió con su madrastra y sus otros hermanos, con los que parece mantuvo una cordial relación.
Para ampliar la fortuna y las alianzas políticas, Helvia contrajo matrimonio con Lucio Aneo Séneca en el año 5; él tenía unos 50 años y ella tan solo 16. Su marido pertenecía al orden ecuestre y disfrutaba de un notable patrimonio, gracias al negocio del vino y el aceite. Quizá con ascendencia itálica, su familia se había establecido en la ciudad vecina de Córdoba. De esta unión nacieron tres hijos, uno de ellos el famoso Séneca. Para mejorar su educación y favorecer su carrera política, Séneca y sus hermanos se trasladaron con su padre a Roma. Helvia, la madre, permaneció en la Bética, atendiendo la casa y los negocios familiares, aunque viajaba a la Urbe para visitarlos.
Cuando llegaron a la edad adulta, sus hijos ocuparon cargos importantes en la administración. Marco Aneo Mela fue procurador, y padre del famoso poeta Lucano; el segundo accedió al consulado, tras ser adoptado y cambiar su nombre a Lucio Junio Galo Aneano. El último, Lucio Aneo Séneca, llegaría más lejos, como preceptor y consejero de Nerón. Sin embargo, años más tarde, cayó en desgracia y fue exiliado.
En este tiempo, Séneca le dedica una de sus Consolaciones para calmar su dolor ante su propio exilio, y reconfortarla porque en menos de un mes perdió a su esposo, a tres de sus nietos y a su tío. Helvia, en el retrato que hace su hijo de ella, fue una madre y mujer de extraordinario comportamiento, un auténtico ejemplo para las matronas, que contribuyó al ascenso de su familia. Desconocemos la fecha de la muerte de Helvia, pero probablemente ni conoció los éxitos de Séneca ni su trágico final.
Rosa María Cid López
Universidad de Oviedo
Monumento a Helvia, siglo XX. Arjona, Jaén.
Fuentes principales
CIL II 2115 = CIL II2 7.76.
Séneca, Diálogos. Consolaciones a Marcia. A su madre Helvia y a Polibio; Apocoloquintosis del divino Claudio, 4.2.
Selección bibliográfica
Gloyn, L., The Ethics of the Family in Seneca (Cambridge-New York 2017).
Mangas, J., “Modelos de mujer en Séneca”, en Cid López, R.M.ª, González González, M., Mitos femeninos de la cultura clásica (Oviedo 2003) 287-299.
Mirón Pérez, M.ªD., “Helvia y los viajes. A propósito de Séneca, Ad Helvetiam matrem de consolatione”, LEC 76 (2008) 233-254.
Wilcox A., “Exemplary Grief: Gender and Virtue in Seneca’s Consolations to Women”, Helios 33, 1 (2006) 73-100.