Llegados a este punto, cabe poner en relación la comunicación de las investigadoras de la Hispalense, Concha Langa Nuño y Mª. Eugenia Gutiérrez Jiménez, con las ideas antes expuestas sobre la historia del periodismo palmero e isleño. Gutiérrez Jiménez tomó la palabra para explicar de dónde viene el Proyecto I+D+i “Historia Crítica del Periodismo Andaluz” y qué objetivos pretende alcanzar en los dos años de duración del mismo. En primer lugar, constató que a pesar del avance que se ha producido en el conocimiento sobre la Historia del Periodismo en Andalucía[13], una comunidad autónoma concebida como periferia desde un punto de vista geográfico y también económico, por su escaso desarrollo industrial, se han detectado limitaciones importantes en la transferencia del mismo: primero, existe cierta desconexión entre los grupos de investigación centrados en el mismo objeto de estudio, hasta el punto de que la producción científica yace desperdigada en monografías y artículos científicos muy diversos. Segundo, no existe un planteamiento metodológico común que deshaga los tópicos de la historiografía clásica en la reconstrucción de aquellos indicios que arrojan luz sobre la posibilidad de una cronología propia en la producción de la prensa y del periodismo, y la historia de los modos de apropiación de tales productos culturales en Andalucía.
Por ello, Gutiérrez Jiménez, apuntaba que el objetivo principal del Proyecto HICPAN es actualizar y revisar toda la literatura científica generada en las últimas décadas para configurar un marco de interpretación común que asuma en el análisis de la Historia del Periodismo Andaluz la combinación de dos elementos: a) situar los periódicos y las modalidades periodísticas -como productos culturales-, así como a los agentes de producción y consumo -tanto a los impresos, editores, redactores, dibujantes, etc., como a los oyentes y lectores-, en las relaciones conflictivas que se producen entre los poderes políticos, el mercado y la estratificación social dada en cada etapa histórica en Andalucía; y b) derribar los apriorismos que generan exclusiones o interpretaciones reduccionistas a partir del binomio centro/periferia -herencia del androcentrismo-[14] y de la construcción sociocultural de lo popular frente a lo culto o letrado, evaluando la incidencia de la economía moral[15] que practica un grupo social en el uso y la definición de utilidad de los productos culturales de su tiempo.
De modo que se cuestione la premisa de que toda la producción periodística realizada en Andalucía es una reproducción del modelo de periodismo dominante, edificado en torno a la idea de que la prensa nace ilustrada y burguesa y, por tanto, vinculado a la idea de seriedad y de calidad. Así, también se cuestionaría el tan manido desfase o atraso de España -en particular de Andalucía- con respecto a Europa, porque hay géneros editoriales y periodísticos originados en determinadas etapas históricas que convirtieron a la periferia en el lugar desde donde emergía la vanguardia comunicativa que con posterioridad será asimilada como parte del modelo hegemónico. He aquí la razón por la cual la comunicación lleva por título: “El Proyecto HICPAN: Una propuesta de revisión de la Historia del Periodismo Andaluz desde la Edad Moderna hasta la Guerra Civil”.
[13]La obra de Antonio Checa Godoy Historia de la prensa andaluza (1991, reeditada en 2011) proporcionó una mirada totalizadora sobre la producción periodística, aunque desde una perspectiva positivista. Asimismo, cabe mencionar el trabajo -abrumador- que han realizado los/as colegas integrados/as en el grupo Estudios del Siglo XVIII, de la Universidad de Cádiz, y los investigadores Juan Antonio García Galindo y Laura López Romero, vinculados a la Universidad de Málaga. [14]Beatriz Sarlo y Néstor García Canclini ofrecen modos diferentes de entender el proceso de apropiación cultural en y desde las periferias. [15]Costumbres en común. Estudios sobre la cultura popular de E.P. Thompson vincula dicho concepto con la capacidad de los individuos para agenciar sus vidas usando las respuestas que ofrece la costumbre, entendiendo ésta no como rasgo atávico, sino como un conjunto de formas que ayudan a sobrevivir en lo social y a comprender el mundo que les rodea.