En este mismo sentido, Martínez Shaw recuerda a su maestro Pierre Vilar, hispanista francés influenciado por Bloch y Braudel, para argumentar que la síntesis histórica debe originarse en la puesta en relación del tiempo corto con el largo tiempo, es decir, que el acontecimiento histórico debe ser situado en las estructuras históricas. Preguntados, en segundo lugar, por la relevancia que han de tener los agentes en el enfoque glocal, Yun Casalilla destaca que tanto la historia cruzada como la historia transnacional tienden a reforzar la agency sin separar el actor social de su espacio u objetos. Por consiguiente, ambos elementos han de estudiarse de forma interrelacionada. A este respecto, trae a colación el concepto de “capital cultural” -recursos materiales e intelectuales- de Pierre Bourdieu para argumentar que el espacio siempre condiciona las formas de capital que usa, expone o transita el sujeto en su acción social. La clave estaría, según Yun Casalilla, en realizar “análisis micro de comportamientos globales”.
Tanto el profesor de la UPO como Petit-Breuilh Sepúlveda reiteran la concepción de lo glocal como una perspectiva de estudio que no disocia lo local de lo global, intentado fijar la atención, según Petit-Breuilh Sepúlveda, en lo que la Historia tradicional ha situado en los márgenes. A partir de esas singularidades marginadas se debe releer las fuentes primarias para plantearnos: “¿Cuánto de lo que creemos saber se aproxima a lo que fue?”. Para así desmantelar los mitos e hitos históricos combinando el origen local o singular con las grandes preguntas -o comportamientos globales-. De este modo, Espejo Cala finaliza su intervención apuntando una vuelta a la periferia que conlleve una vuelta también a los archivos. Porque solo de esta forma se puede situar al agente en un espacio local y reconstruir sus redes de intercambio en el tiempo histórico.