249. LUPICINA

249. LUPICINA

El nombre original de Eufemia, esposa del emperador Justino I, fue el de Lupicina. El primero solo lo asumió tras la llegada de su esposo al trono. Según algunos autores, el nombre de Lupicina, que podía tener connotaciones negativas, no era digno de la esposa de un emperador. En la ceremonia de coronación, Lupicina, ahora Eufemia, fue proclamada como una “Nueva Elena”, rememorando la dignidad de la cristiana madre del emperador Constantino. Los orígenes de Lupicina no están claros. Todo parece apuntar que había sido una esclava. Justino contrajo matrimonio con Lupicina cuando él ocupaba el cargo de jefe de la guardia del palacio imperial durante el reinado de Anastasio I.

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Constantinopolis

Las fuentes literarias apenas hablan de ella si no es para comentar su oposición al matrimonio entre Justiniano I y Teodora. Entre las cuestiones que podemos encontrar referenciadas en ellas, Lupicina aparece como una convencida cristiana calcedonense, con un gran ascendente sobre su esposo. Esta circunstancia fue aprovechada por el papa Hormisdas, quien le solicitó que convenciera a Justino I para que pusiera fin al cisma Acaciano, que dividía a las iglesias de Oriente y Occidente desde hacía un par de décadas. Esa influencia también fue vista por los autores monofisitas que la acusaron de no saber comportarse como emperatriz.  El motivo era que se había negado a recibir la comunión de manos del patriarca de Constantinopla si este no aceptaba que el calcedonismo fuera la fe cristiana que se debía seguir, uniéndose en la fe con Roma. Sin embargo, Procopio de Cesarea, autor prácticamente contemporáneo, afirmaba que jamás se había involucrado en asuntos de Estado.

           El papel principal que la historia ha atribuido a Lupicina es el de la responsable de que el matrimonio entre Justiniano y Teodora no se pudiera materializar hasta su muerte. Según una ley de Justino I, el matrimonio entre miembros de la aristocracia senatorial y actrices no era ni posible ni legal. Con este precedente, si Justiniano quería suceder a su tío, no podía contraer matrimonio con Teodora, que, en el mejor de los casos, las fuentes consideran una actriz, mientras que otros una prostituta. Lo cierto es que tras el fallecimiento de Lupicina, el matrimonio se celebró. Algunos autores compararon la actuación política de Lupicina con la de Teodora, muy activa políticamente, mientras que la segunda no lo era tanto. Sin embargo, otros autores destacaron lo perjudicial que fue la intromisión de Lupicina en los asuntos del Imperio.

Justino I tuvo especialmente consideración hacia su esposa. Erigió una estatua de oro de pequeño tamaño, en el llamado “barrio de Olibrio” de Constantinopla, en el que se ubicaba el palacio de Anicia Juliana, la última descendiente de la dinastía teodosiana. Eufemia falleció entre el 524 y el 525, siendo enterrada en un sarcófago en el llamado “Monasterio de la Augusta”, unido a la iglesia dedicada al apóstol Santo Tomás. Dos años después le siguió Justino I, que también fue enterrado en el mismo lugar.

Margarita Vallejo Girvés

Universidad de Alcalá de Henares

Representación del antiguo Hipódromo de Constantinopla. XVI/XVII.

Fuentes principales

Procopio de Cesarea, Historia secreta, 5.17; 9.48-49.

Pseudo Dionisio de Tell-Mahrē, Crónica.

Suda, Epsilon 3796.

Teodoro Lector, Historia eclesiástica, 155.

Selección bibliográfica

Croke, B., “Justinian under Justin: Reconfiguring a Reing”, BZ 100, 1 (2007) 13-56.

Hillner, J., “Empresses, Queens, and Letters: Finding a ‘Female Voice’ in Late Antiquity”, Gender & History 31, 2 (2019) 358-382.

McClanan, A., Representations of Early Byzantine Empresses. Image and Empire (New York 2002).

Meier, M., ‘Der “Kaiser der Luppa”: Aspekte der Politischen Kommunikation im 6. Jahrhundert n. Chr.’, Hermes 129, 3 (2001) 401-430.

Vallejo Girvés, M., “The Image of Empress Lupicina (Euphemia) in the Patristic Sources”, Studia Patristica 103 (2022) 263-278.

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