Entre el 17 y el 21 de septiembre de 2012 varios miembros del grupo de investigación El español hablado en Andalucía, junto con conferenciantes invitados de las Universidades Complutense de Madrid, Granada y Padua, participaron como ponentes en el curso "Conciencia y valoración del habla andaluza", que la Universidad Internacional de Andalucía llevó a cabo, bajo la dirección del profesor Antonio Narbona Jiménez, en la sede que esta institución tiene en Sevilla. Las diversas ponencias y las dos mesas redondas que conformaron los contenidos de este curso pusieron de relieve la necesidad de transmitir a la sociedad con el máximo rigor y precisión posibles la gran complejidad que encierran los diversos aspectos lingüísticos, sociológicos, educativos, mediáticos, etc., relacionados con el diferente uso y la distinta valoración que de las modalidades de habla andaluza se realiza en situaciones de comunicación diversas. Hubo, en este sentido, una voluntad unánime de condenar las simplificaciones que no contribuyen a divulgar, sino que únicamente sirven para vulgarizar de manera indeseable el conocimiento. A la espera de que en los próximos meses los textos que sirvieron de base a las diferentes intervenciones se publiquen en un volumen colectivo, ofrecemos a continuación una breve síntesis de las distintas contribuciones.
Inauguró el curso el profesor José Jesús de Bustos Tovar, catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, con la ponencia titulada "El andaluz en el conjunto de variedades del español", que versó sobre las dificultades que surgen cuando se trata de dar respuesta a la pregunta qué es el andaluz desde perspectivas no coincidentes como la de los límites político-geográficos, la de su configuración histórica o la caracterización lingüística "interna".
A renglón seguido, Araceli López Serena, en una intervención que llevaba por título "Variación y variedades lingüísticas", defendió la rentabilidad del modelo teórico de carácter dinámico que proporciona la actual Lingüística de las variedades alemana (desarrollada, a partir de propuestas seminales de Eugenio Coseriu, por romanistas de origen germano como Peter Koch, Wulf Oesterreicher o Johannes Kabatek) para explicar la dinámica de las interacciones y valoraciones que presentan las distintas variedades que conviven dentro del espacio comunicativo de una lengua pluricéntrica como el español, una de las cuales es, precisamente, la modalidad andaluza.
En su conferencia sobre "Conciencia lingüística e identidad de Andalucía", Antonio Narbona Jiménez pasó revista a algunos de los tópicos y estereotipos que circulan sobre las hablas andaluzas, como la circularidad de la estrategia de victimismo-reivindicación, el denominado complejo de inferioridad, o la difícil cuestión de la construcción de una identidad colectiva no excluyente.
En "El habla andaluza: visión histórica", Rafael Cano Aguilar pasó revista a los diversos modelos explicativos que se han sucedido para explicar los orígenes del andaluz desde el ya clásico de R. Lapesa, D. Catalán y R. Menéndez Pidal, en su opinión preferible a las propuestas posteriores de J. Frago o D. Tuten. En cuanto a la implantación y generalización de los principales rasgos fónicos que se asocian con el español hablado en Andalucía, insistió en que su génesis y propagación no se dio de forma conjunta, sino que cada uno de ellos se fue configurando en distintas épocas (bajomedievales y posteriores). Por esta razón, Cano sostiene que, en lugar de sobre una modalidad dialectal más o menos homogénea, habría que referirse, en el caso de las hablas andaluzas, a un conjunto de fenómenos propios de una modalidad dialectal surgida a raíz del carácter fuertemente fronterizo de la sociedad bajomedieval andaluza.
"La pronunciación andaluza y su valoración" sirvió a Ramón Morillo-Velarde, de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, para reivindicar la responsabilidad que los estudiosos de las variedades diatópicas andaluzas tenemos en relación con la necesidad de registrar con claridad la diversa valoración social de que disfrutan las diferentes pronunciaciones que se dan a lo largo y ancho de la geografía andaluza y de hacer ver a los hablantes que el quedarse restringidos a los límites de un conjunto de peculiaridades fónicas geográficamente muy estrecho y socialmente poco prestigioso (lo que él, metafóricamente, denominó "quedarse encerrado en el gueto") lejos de conferirles dignidad puede impedirles mejorar sus condiciones laborales, económicas, etc. ( y formar parte, dentro de la misma metáfora, de "un club de mayor prestigio").
Continuando en el ámbito de la pronunciación del andaluz, Juan Antonio Moya, de la Universidad de Granada, presentó, en "Andaluz oriental y andaluz occidental: la norma lingüística del Este andaluz", una síntesis de los principales rasgos fónicos del andaluz occidental frente al andaluz oriental y se ocupó del fenómeno de la abertura vocálica desde el punto de vista de la función morfológica que las vocales proyectadas del andaluz oriental cumplen por ejemplo para el mantenimiento de la distinción entre singular y plural.
Por su parte, en una intervención basada en una gran cantidad de datos y documentación procedente de fuentes periodísticas, legislativas y materiales didácticos en circulación para los ciclos de enseñanza obligatoria en nuestra comunidad, Elena Méndez García de Paredes abordó el espinoso tema de "El andaluz en los medios de comunicación y en la enseñanza". Partiendo de un repaso por el contexto sociohistórico de analfabetismo generalizado que tuvo que superar la educación lingüística en Andalucía en el último cuarto del siglo pasado, analizó las principales transformaciones en la enseñanza que trajo consigo la Transición y el Estado de las autonomías, así como el panorama que se desprende del discurso lingüístico y metalingüístico propio de los medios de comunicación.
Clausuró el curso la conferencia de Rocío Caravedo, de la Universidad de Padua, sobre "La valoración lingüística como modo de percepción y de significación". En ella se establecieron algunas distinciones conceptuales muy útiles para abordar con el rigor y la complejidad necesarios la cuestión de la valoración explícita e implícita de la variación lingüística, de la percepción selectiva, orientada y variable de determinados fenómenos, o de las diferencias entre percepción interna, percepción externa y autopercepción.