45. NEVIA CLARA
Nevia Clara vivió en Roma en el siglo I a. C. Su lápida funeraria es el único testimonio que tenemos de su existencia, y lo poco que sabemos de ella nos lo cuenta su epitafio. Su onomástica indica que nació esclava, posiblemente en la península itálica teniendo en cuenta el carácter latino de su nombre, y que a lo largo de su vida su dueño le otorgó la libertad.
El epitafio revela asimismo que fue enterrada junto a un hombre llamado Cayo Nevio Filipo, también liberto. Desconocemos la relación que los unía, aunque es posible que hubieran sido esclavos en la misma casa y después manumitidos por el mismo dueño. Otra posibilidad es que Filipo fuera el patrono de la mujer.
Roma
Y, tanto si nos inclinamos por la primera opción como por la segunda, lo más seguro es que ambos fueran pareja. Con todo, lo más interesante es que el epitafio de Nevia constituye el testimonio más antiguo de una médica en el mundo romano, además de proporcionar una preciosa evidencia de la práctica colectiva de la medicina en Roma.
Nevia Clara era médica filóloga, un título profesional original del que no se conocen otros ejemplos. En el mundo romano, el término filólogo se usaba para hacer referencia al literato y al sabio o erudito, al amante del razonamiento y de la argumentación, de modo que debemos considerar que Nevia era una mujer experta en la parte teórica de la medicina, quizás también en el diagnóstico de la enfermedad, y seguramente se dedicó también a la redacción de textos. La formación teórica en el arte de la medicina en el caso de una mujer no debe sorprender pues, aunque pocas, son varias las féminas que las fuentes antiguas recuerdan como autoras de tratados clínicos. Su compañero, Nevio Filipo, era cirujano. La implicación de uno y otro en materia médica se complementaba perfectamente, con lo que Clara y Filipo formaban un equipo coordinado que aunaba teoría y práctica sanitaria.
Una vez libres de su condición esclava, la pareja pudo ejercer la profesión por su cuenta. El único dato que podemos extraer acerca de su bienestar económico es el tamaño de la tumba en la que fueron enterrados, un sepulcro con una superficie cercana a los 12 m2 que fue delimitado por medio de dos cipos gemelos. Esto sugiere que contaban con un patrimonio no desdeñable que pudieron obtener gracias al disfrute de una independencia laboral ajena al patrono.
En definitiva, Nevia Clara fue una esclava que, una vez manumitida, logró labrarse una autonomía laboral y económica gracias al desempeño de una actividad médica teórica e intelectual en colaboración con el que seguramente fue su compañero sentimental.
María de los Ángeles Alonso
Universidad Nacional de Educación a Distancia
Fuentes principales
AE 2001, 263.
Selección bibliográfica
Alonso Alonso, M.ª A., “Medicae y obstetrices en la epigrafía latina del Imperio romano. Apuntes en torno a un análisis comparativo”, Classica & Christiana 6.2 1 (2011) 267-296.
Alonso Alonso, M.ª A., Los médicos en las inscripciones de Italia (siglos II a.C. – III d.C.). aspectos sociales y profesionales 58-59 (Santander 2018).
Buonopane, A., “Medicae nell’occidente romano: un’indagine preliminare”, en Buonopane, A., Cenerini, F. (eds.), Donna e lavoro nella documentazione epigrafica. Atti del I Seminario sulla condizione femminile nella documentazione epigrafica. Bologna, 21 novembre 2002 (Faenza 2003) 113-130.