29. JULIA, hija de César

Julia era hija de Julio César y de Cornelia, y nieta de Lucio Cornelio Cina, cónsul en cuatro ocasiones. No conocemos la fecha exacta en la que nació Julia, pero se suele situar entre el 83 y el 76 a. C. Julia se quedó huérfana de madre a edad muy temprana, pues Cornelia murió en el 69-68 a. C. El propio César pronunció el discurso fúnebre dedicado a su esposa.

Durante su corta vida, Julia, igual que otras jóvenes de la élite romana de la época, fue un instrumento más dentro de las maniobras políticas de los varones de la familia, en este caso, de su padre. Julia fue comprometida con Servilio Cepión, quien había ayudado a César en su reciente enfrentamiento contra Bíbulo. Sin embargo, no mucho después y a raíz de los cambios en el turbulento panorama político de finales de la República, César cambió de opinión y decidió romper ese compromiso para entregar a Julia en matrimonio a Pompeyo, su colega en el triunvirato, y así afianzar la alianza entre ellos.

Roma

Este matrimonio celebrado en el 59 a.C., fue muy criticado por algunos políticos del momento, especialmente por Cicerón y Catón. A pesar de estas opiniones y de la gran diferencia de edad entre ellos, las fuentes sostienen que fue una unión dichosa. Durante los años en los que estuvieron casados, Julia acompañó a Pompeyo en algunos de sus viajes y pasaban largos períodos juntos en las fincas que el triunviro tenía a lo largo de la península itálica. Este hecho también fue censurado por ciertos políticos que acusaban a Pompeyo de haber abandonado sus obligaciones para estar con su esposa.

En el 55 a. C. Julia sufrió un aborto. Algunas fuentes atribuyen este infortunio al impacto emocional que produjo en ella ver a Pompeyo con la ropa ensangrentada tras los alborotos producidos en los comicios. No mucho tiempo después Julia volvió a quedarse encinta. Pero desgraciadamente, ella murió en el parto en el 54 a.C. El bebé también falleció unos días después. La prematura muerte de Julia afectó profundamente a César y a Pompeyo y aceleró la ruptura definitiva entre ambos que desembocó en la Guerra Civil.

Julia iba a ser enterrada en una de las villas de Pompeyo por expreso deseo de éste, pero una muchedumbre se llevó sus restos y les dio sepultura en el Campo de Marte a pesar de la oposición de los tribunos y sin contar con el permiso pertinente. Es posible que, con este honor, el pueblo quisiese reconocer el papel que Julia había desempeñado como mediadora entre César y Pompeyo y que había permitido alejar durante un tiempo el fantasma de la Guerra Civil al que tanto temían. Años después de su muerte, en el 46 a.C., César celebró en su memoria una serie de espectáculos de gladiadores y combates navales.

Vanessa Puyadas

Universidad de Murcia

Angelica Kauffman (1700). Julia, la esposa de Pompeyo, se desmaya al ver la ropa ensangrentada de su marido. Colección privada.

Fuentes principales

Cicerón, Cartas a Ático, 2.17; 8.3.

Dion Casio, Historia Romana, 39.64; 48.53.

Plutarco, Vidas paralelas, César, 15; 23; Pompeyo, 47; 53.

Suetonio, Vida de los doce césares,  Julio César, 6; 21.

Selección bibliográfica

Chiu, A., “The importance of Being Julia: Civil War, Historical Revision and the Mutable Past in Lucan’s Pharsalia”, CJ 105, 4 (2010) 343-360.

Hallet, J.P., Fathers and Daughters in Roman Society: Women and the Elite Family (Princeton 2014).

López Median, M.J., Pérez Martínez, F. “El munus en honor de Julia organizado por César: ritual funerario, desigualdad social y propaganda política en la Roma republicana”, ARYS 15 (2017) 145-170.