10. VETURIA
El nombre de Veturia está unido ineludiblemente al de su hijo Cayo Marcio, miembro de la antigua gens Marcia que venció a la ciudad volsca de Coriolos hacia el 493 a. C. Esta victoria le valió el apodo de Coriolano.
En el contexto de las luchas patricio-plebeyas se sitúa esta leyenda romana donde destaca la valentía y el amor por la familia y la patria de la anciana matrona Veturia. Así, el joven patricio, Cayo Mario Coriolano, se mostró contrario a las reclamaciones que hicieron los plebeyos a comienzos de la República patricia, que había surgido tras la caída de la Monarquía, y que no los integraba en las instituciones del Estado. Esta postura le granjeó enemigos que impidieron su ascenso al consulado, además de una condena por desfalco y sedición que lo llevó al destierro.
Roma
Ante esta tesitura, Coriolano ofreció sus servicios militares a los volscos y a otros enemigos de Roma para presentarle batalla. De esta manera, comandando el ejército enemigo atacó las tierras del sur de la ciudad y se presentó ante los muros de la Urbe. Ninguna estrategia ofrecida por el Senado consiguió hacer desistir a Coriolano de atacar su propia patria. En un intento desesperado, y cuando ya casi todo estaba perdido, las autoridades se dirigieron a la madre del patricio para que obtuviera de él la deposición de las armas.
Veturia, acompañada de la esposa de Coriolano, llamada Volumnia, y junto con otras matronas, se dirigió al campamento de su hijo. Allí frente a él apeló a los valores que la tradición romana dirigía hacia los dioses, la patria y la familia. Le hizo ver que, si atacaba Roma, lo haría contra ella, su esposa y sus hijos a los que les aguardaría un destino funesto. Se lamentó de haber parido a un hijo que se había convertido en enemigo del lugar que lo había visto nacer. Coriolano fue desarmado por las palabras de su madre y retiró su asedio a Roma. El Senado levantó en honor de las mujeres un templo a la fortuna de estas por haber conseguido la retirada de Coriolano. Este, sin embargo, acabó siendo ajusticiado por los volscos.
Esta leyenda rememora el sentido tradicional de la familia romana y del Estado, cuyos valores eran transmitidos por las madres a sus hijos. El nombre de Veturia evoca la venerable ancianidad de la madre entregada a su vástago, mientras que el de Volumnia recuerda a la joven embarazada que tenía ante sí la responsabilidad de dar a luz a los futuros ciudadanos de Roma.
Pilar Pavón
Universidad de Sevilla
Ciro Ferri, (1680-89). Coroliano a las puertas de Roma. Sanssouci Picture Gallery, Postdam.
Fuentes principales
Dionisio de Halicarnaso, Historia Antigua de Roma, 7.64.6.
Livio, Historia de Roma desde su fundación, 2.40.
Plutarco, Vidas paralelas. Vida de Coriolano, 4.7.
Valerio Máximo, Hechos y dichos memorables, 2.5.
Selección bibliográfica
Bailón García, M., “El papel social y religioso de la mujer romana. Fortuna Muliebris como forma de integración en los cultos oficiales”, Habis 43 (2012) 101-118.
Bonjour, M., “Les personnages féminins et la terre natale dans l’épisode de Coriolan (Liv., 2,40)”, REL 53 (1975) 157-181.
Redondo Moyano, E., “El encuentro de Veturia y Coriolano (D. H. Antiquitates Romanae 8.44-53)”, Studia Philologica Valentina 18 (2016) 335-342.
Valette, E., “Les “discours” de Veturia, Valeria et Hersilia”, Cahiers «Mondes anciens» 3 (2012) 1-19, on line : https://mondesanciens.revues.org/782