«Casi todo lo que estamos viviendo hoy tiene detrás un proceso de análisis de datos basado en estadística, o un proceso de optimización basado en investigación operativa», explica Justo Puerto. «Cuando usas un navegador, está calculando una ruta mínima sobre un grafo; cuando usas el móvil, el teléfono busca la antena que da la mejor señal; cuando compras por Internet, recibes recomendaciones basadas en algoritmos de búsqueda de patrones. En nuestro mundo digital cuesta encontrar una acción que no tenga detrás un algoritmo fruto de la investigación operativa y la estadística. Si desapareciera todo esto, estaríamos en la edad de piedra».

Justo Puerto es catedrático de Estadística e Investigación Operativa, y director del Instituto Universitario de Investigación Matemática (IMUS) de la Universidad de Sevilla. La Medalla de la SEIO reconoce, entre otros méritos, sus «aportaciones muy notables en teoría de la decisión, teoría de juegos, análisis de localización y logística, machine learning y programación mixta no lineal entera con contribuciones metodológicas, teóricas y aplicadas, especialmente en la industria».

Puerto ha publicado más de doscientos artículos, muchos en revistas de alto impacto, y mantiene colaboraciones con grupos internacionales líderes en su área. Ha dedicado una parte importante de su carrera a la investigación relacionada con la actividad empresarial, aportando soluciones a problemas de gestión, explotación y optimización de redes complejas de gran escala que no son abordables mediante procedimientos estándares. Un ejemplo de este tipo de retos es el trazado de rutas, ya sea el recorrido óptimo de tuberías de drenaje, o la mejor ruta en un crucero: en ambos casos hay puntos de paso obligado – como grifos… o puertos turísticos-, y otros a evitar, a la vez que se intenta recorrer la menor distancia posible.

Para Puerto, la comunidad académica es cada vez más sensible a las necesidades de la industria. En el IMUS mantienen colaboraciones con una treintena de empresas, y «somos conscientes de que una parte de la financiación debe venir de la sociedad». Comparte este reconocimiento con su grupo desde hace más de dos décadas: «Me siento muy orgulloso porque mis compañeros de profesión reconocen que lo hemos estado haciendo bien. Hay que verlo como un punto y seguido, un impulso para tratar de conseguir más repercusión internacional».