La infancia y adolescencia es el periodo de la vida donde el ser humano completa en gran medida su desarrollo físico, intelectual y social.

Casi una tercera parte de la vida en estas edades, transcurre en la escuela o el instituto, donde recibe formación  y se socializa junto a sus iguales. 

Las enfermedades agudas y crónicas que puede padecer durante la infancia comprometen su asistencia a la escuela y afectan al rendimiento escolar.

El asma es una de las enfermedades crónicas más prevalentes en la infancia con diferencia y cuando está mal controlada afecta,  al desarrollo físico, psicológico y social, de quien la padece, alterando su calidad de vida.

En el marco del  Plan de Calidad de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, se impulsa la línea estratégica de calidad la organización de la atención sanitaria en procesos asistenciales integrados para un conjunto de problemas de salud considerados prevalentes. Uno de ellos es el Proceso Asistencial Asma en la Edad Pediátrica.

El Proceso Asistencial Integrado Asma Infantil  contempla la asistencia del asma desde una perspectiva social y comunitaria, centrada en el niño para facilitar su accesibilidad a  los recursos sanitarios en su centro de salud y evitando o minimizando el absentismo escolar y haciendo partícipe a la familia o al mismo niño del autocuidado de su enfermedad.

La clave de esta estrategia de “responsabilidad compartida” en el autocuidado de su asma está en la educación sobre la enfermedad que recibe el niño o su familia si este es pequeño,  en el centro de salud por su pediatra y su enfermera.

Dado que los síntomas de asma de un estudiante se pueden presentar durante su estancia en el centro de enseñanza, en el Proceso Asma Infantil se ha tenido en cuenta la escuela como escenario de importancia en la educación de personas con asma   para la continuidad de los cuidados y minimizar su impacto en la calidad de vida y aprovechamiento escolar.

El profesorado de educación física está en un lugar clave para reconocer y auxiliar al alumnado que tiene asma. Además puede ser un agente muy valioso para impartir conocimientos sobre asma e incluso ayudar a sus estudiantes en caso de que se presente una crisis de asma.

En nuestro país el Centro para el Estudio de la Enfermedad  Asmática (CESEA) (1) en una encuesta realizada entre 933 profesores de 27 colegios de 7 ciudades pone de manifiesto que al menos un 25% de los profesores habían presenciado una crisis asmática en clase y el 91%  admitía tener escasos conocimientos y deseaba mejorarlos.

Hay varias estrategias para mejorar los conocimientos del profesorado:

• Recibir clases sobre asma por parte de profesionales sanitarios periódicamente.

• Responsabilizarse de impartir clases a su alumnado sobre asma, con ayuda de un programa educatico adaptado al medio donde trabaja.