REDES Y PERTRECHOS
Si algo caracteriza el muelle pesquero de Isla Cristina es la gran cantidad de pertrechos de pesca depositados a ambos lados del muelle, tanto a lo largo del cantil, como de la zona interior, en el cerramiento del puerto.
Allí se pueden apreciar las nasas y cangilones de barro apilados para el pulpo, las parrillas de las dragas hidráulicas; los trasmallos y artes de breca... Pero sobre todo, las artes de arrastre tendidas sobre el suelo y los montones de redes de cerco, hasta el punto que es difícil encontrar espacio libre en la franja portuaria.
Podemos apreciar en las redes de arrastre desplegadas la diversidad de piezas armadas, la diversidad de colores, luz y grosor de los hilos de las mallas. Los elementos de lastre permiten al arte trabajar garantizando una corrida adecuada en función del fondo o de la profundidad. En Isla Cristina existen diferentes tipos de artes de arrastre, a pesar de responder a una misma estructura general, en función del tamaño y tipo de armado, dependiendo del tonelaje, de la potencia del buque, del sistema de remolque, del tipo de fondo, del material del arte y de la especie objeto. Relingas de flotadores y de plomos o burlones y cadenetas, refuerzos o forros, y calones, son algunas de las piezas indispensables. La faja, las bandas, el faldón, la manga, el copo, el avanzado de maestra, la fisca, la trampilla, el golerón, etc., son algunos de las diferentes partes que se arman para montar el arte. Cada pieza se arma con un claro de malla distinto, usando distintos procedimientos de sujeción y unión entre las partes, facilitando así el juego de fuerza y tensiones (virado del arte en función de la potencia del motor, peso, corriente, profundidad, etc.).
Los artes de traíña destacan por su volumen y su tonalidad rojiza, que los hace invisibles en el fondo del mar, recordando cómo se entintaban antaño estas redes con la corteza de los pinos. Lo que parece una red de paños homogéneos se compone de diferentes paños de red que dividen el arte en franjas horizontales (cadeneta, rapel, venda), los cuales permiten modular la resistencia de la red en función de las tiranteces en las trallas del corcho y el plomo durante el lance. Los meses de parada, en invierno, son los adecuados para contemplar la labor de los maestros rederos, armando la traíña. Se puede observar entonces la dureza del trabajo de estos técnicos. La falta de relevo generacional es una de sus principales preocupaciones, que pone en peligro la continuidad de un saber hacer clave en la actividad pesquera.
Atlas del Patrimonio Cultural en los Puertos de Interés Pesquero de Andalucía
Consejería de Fomento y Vivienda. Agencia Pública de Puertos de Andalucía
Proyectos de I+D+i 2013-2015.
Dinamización de los enclaves pesqueros del Sistema Portuario Andaluz.