El material arqueológico de La Molina está siendo documentado por el equipo de MEMORIES y colaboradores/as mediante diferentes técnicas e instrumental científico para sacar de él la mayor información posible.
Algunos materiales, por su delicado estado de conservación o por su particular interés, han requerido de una documentación más exhaustiva de cara a obtener su modelo digital y observar mejor sus detalles. Para esta tarea las técnicas basadas en imágenes digitales son una herramienta fundamental, y entre ellas estamos implementando la fotogrametría digital y Reflectance Transformation Imaging (RTI). De esta tarea se encarga nuestra especialista, la Dra. Alba Fuentes Porto de la Universidad de La Laguna.
La fotogrametría es una técnica que se basa en la captura y análisis de imágenes digitales con el objetivo de generar representaciones tridimensionales precisas de objetos o superficies. Este proceso implica tomar fotografías superpuestas desde múltiples puntos de vista, que luego son procesadas mediante software especializado para calcular y reconstruir las dimensiones y formas exactas del objeto o área fotografiada.
Nuestro proceso de registro comenzó con la toma de fotografías de las piezas, prestando especial atención a la calidad de las imágenes, un factor crucial para lograr una alta precisión geométrica y un buen detalle de las superficies. Para ello, se empleó una cámara réflex digital montada en un trípode, acompañada de un conjunto de cuatro focos LED, una carta de color (utilizada para la calibración cromática) y una mesa giratoria para facilitar la rotación de las piezas.
Cada conjunto de imágenes, conocido como levantamiento fotogramétrico, fue procesado posteriormente en el ordenador utilizando Agisoft Metashape, uno de los programas más utilizados en la documentación 3D del patrimonio cultural. El software encuentra coincidencias entre las distintas fotos (puntos homólogos) y, utilizando cálculos matemáticos basados en la trigonometría, reconstruye el objeto en 3D. De este modo, obtuvimos un registro 3D a escala real de las piezas, lo que nos permite visualizarlas, manipularlas e incluso medirlas virtualmente para su estudio detallado.
Esta técnica es muy útil para el patrimonio cultural, ya que no solo nos ayuda a preservarlo digitalmente, sino que también facilita el acceso a los modelos 3D para su estudio por investigadores de todo el mundo, incluso en contextos en los que las piezas originales no están accesibles o son demasiado frágiles para ser manipuladas, como es el caso del conjunto material que estamos documentando en este proyecto.
En un próximo post hablaremos del RTI 🙂
Fotografías: proceso de captura de imágenes, procesado fotogramétrico y resultado final de la digitalización en 3D de una de las piezas de marfil de La Molina