DISCO “EYA”

DISCO ‘EYA’ PARA EL TRAZADO DE POLÍGONOS REGULARES

Encarna Sánchez Jiménez

Universidad de Murcia

esanchez@um.es

Imagen: Disco ‘EYA’ para el trazado de polígonos regulares y sus aplicaciones en la Escuela Primaria.

Centro de Estudios para la Memoria Educativa (CEME). Universidad de Murcia.

José María Eyaralar (1890-1944) fue un profesor normalista de matemáticas que no se conformaba con transformar objetos cotidianos en dispositivos didácticos, sino que se se convirtió en creador de recursos únicos que reflejan su genio innovador. Defendía con entusiasmo el valor de sus materiales, algunos elaborados con sus alumnos y otros manufacturados y difundidos bajo su dirección, evocando los principios pedagógicos de la escuela activa. Tejía así un puente entre la práctica educativa y la creatividad, dejando una huella imborrable en cada mente joven que tuvo el privilegio de cruzarse con su obra.

 

No faltará quien piense que tales cosas son puerilidades, […] Nosotros, por el contrario, pensamos en lo ventajoso que es que el niño encuentre por sí mismo aquella relación, manipulando, […] Nunca asociaremos bastante las sensaciones, ni acudiremos demasiado a la acción; y pensamos con Pestalozzi que «en Educación no hay pequeñeces» (Eyaralar, 1926: 211-212).

 

Para sus clases de geometría y como parte de su «Material EYA» (recursos para el cálculo de áreas y volúmenes), Eyaralar creó el «Disco EYA». Se trataba de un círculo con dos caras, la primera de las cuales presenta una circunferencia dividida en 16 partes iguales mediante trazos largos, medianos y cortos, mientras que la otra cara, como se aprecia en la imagen, se divide en 6 partes iguales con trazos largos y cortos, y en 10 partes iguales con puntos gruesos. Un orificio en el centro permite marcarlo con la punta del lápiz. Este disco permitía dividir la circunferencia en partes iguales y dibujar polígonos regulares. Estaba hecho de cartulina, con marcas diferentes en cada cara y un agujero que servía para señalar el centro. Lo comercializó la casa Salvatella, de Barcelona, con cuyo provecto dueño pude llegar a hablar, y recordaba haber vendido muchos ejemplares, no solo de la versión de 5 cm para alumnos, que vendía por separado en un sobre a 5 céntimos de peseta, sino también de la versión para profesores, de 25 cm y hecha de cartón duro, que se acompañaba de un librillo de 15 páginas con explicaciones detalladas de su uso (Eyaralar, 193?).

 

Los alumnos utilizaban este disco para dibujar figuras y composiciones geométricas, que luego rellenaban de colores vivos. Y es que las posibilidades de este material eran muy variadas: desarrollar el gusto estético, permitir la invención de nuevos dibujos y la obtención de nuevas relaciones, facilitar el trabajo colectivo y conectar la Aritmética con la Geometría (objetivos que evocan los principios de la Escuela Nueva). Por ejemplo, para la representación gráfica de los números fraccionarios, proponía dividir el círculo en sectores iguales y colorearlos con colores vivos, aprovechando para enseñar al niño la diferencia entre círculo y circunferencia o entre sector y ángulo.

Es importante recordar que el plan de estudios del magisterio primario en aquellos tiempos incluía, para las maestras, asignaturas como bordados y labores. Entre las actividades que se podían realizar con el disco EYA, que desarrollaban el gusto estético y la invención, se incluye la creación de polígonos estrellados, estrellas, figuras de aplicación (como un triángulo dividido en tres partes trazando líneas desde el centro a los vértices o desde el centro perpendiculares a los lados) o rosáceas. Después de todo, dividir un círculo en partes iguales era esencial para diseñar flores y otros motivos decorativos, que primero se dibujaban en papel de seda y luego se transferían con calco a la tela definitiva para bordar.

Aunque en muy pocas ocasiones pude ver a mi madre bordar, debido a que las vicisitudes de la vida le robaron esas tardes serenas que antaño compartía con sus hermanas, tengo una imagen grabada en la memoria. Mi madre, sentada con un bastidor sobre el regazo, usaba un disco parecido al disco EYA para diseñar los motivos que me había de bordar en un delantal de costura infantil. A su lado, mi hermana y yo colocábamos los hilos de colores formando estrellas, círculos y pentágonos, como si los diseños geométricos que entretejía mi madre fluyeran y se extendieran por el suelo a sus pies.

Este material creado para la geometría es para mí hoy un puente hacia mi infancia; evoca recuerdos que se entrelazan como los hilos en el bastidor, creando un tapiz de nostalgia y cariño que revive la esencia de esos momentos compartidos.

Referencias bibliográficas

Eyaralar Almazán, José María (1926): El aparato «Arquímedes». Para la obtención de las áreas y los volúmenes de los cuerpos redondos. Revista de Escuelas Normales, 36, 210–212.

Eyaralar Almazán, José María (193?): Disco ‘EYA’ para el trazado de polígonos regulares y sus aplicaciones en la Escuela Primaria. Barcelona:  Salvatella.