FOTOGRAFÍA SECCIÓN

               FEMENINA

SECCIÓN FEMENINA: LA MIRADA DE UNA ABUELA Y SU NIETA

Andrea Sifre Segovia

Universidad Jaume I

al404055@uji.es 

Imagen: Fotografía de las responsables de la Sección Femenina en Castellón de la Plana.

Museo Pedagógico de Castellón. Universidad Jaume I.  

Fui feliz y me enseñaron mucho-: fueron las palabras de mi abuela Carmen cuando, en un atisbo de lucidez, me contó sus años en la Sección Femenina. Me relató, con cariño, los días de campamento junto a la Sección Femenina en el pueblo de Tales, en los cuales seguían una marcada rutina: levantarse, lavarse la cara (sé aseada), izar la bandera (sé patriota), desayunar, cantar (ten habilidades femeninas agradables), hacer gimnasia y dar paseos por la montaña (mantente sana para cuando seas madre), escuchar y resumir la charla del sacerdote (sé católica), arriar la bandera (sé patriota) y dormir.

 

Sin embargo, los campamentos eran puntuales. Durante el día a día, en Castellón, las niñas y adolescentes de la Sección Femenina se dividían por grupos en virtud de la actividad que realizaban: labor, pintura, muñequería… (ten habilidades femeninas útiles). Mi abuela aprendió a ser una gran pintora en las clases de arte de la Sección Femenina, a las que acudía corriendo al salir del colegio. Fue entonces cuando una amiga le instó a estudiar bellas artes, pero sus circunstancias económicas no se lo permitieron. Aunque le encantaba pintar, su labor principal en la Sección Femenina era la muñequería. De hecho, estuvo una época en Barcelona creando muñecas en un internado y llegó a ser profesora de muñequería, momento en el que se dio cuenta de su amor por la enseñanza y decidió ser maestra (traslada tus ideales a las futuras madres), a pesar de que tuvo que empezar el bachiller a los 18 años, cuando lo habitual era hacerlo a los 12 o 13. El brillo de sus ojos al recordar sus años como maestra demuestra que fue su vocación y una de las grandes ilusiones de su vida.

Aunque la labor de la Sección Femenina es conocida sobre todo en el período de después de la Guerra, mi abuela comenzó a formar parte a partir de la década de los cuarenta, lo cierto es que se creó en 1934, aunque en ese momento tenía la finalidad de asistir a los presos de la falange (cuida de los demás). Durante la guerra adquirió cierta importancia, ya que sus integrantes realizaron labores sanitarias y asistenciales (cuida de los demás). (Manrique et al., 2008, pp. 348-349) Esta es la época que se retrata en la fotografía, donde se puede observar a una serie de mujeres llevando el uniforme habitual del momento, vestido oscuro y delantal, junto a un grupo de niños y niñas, todos ellos realizando el saludo franquista (sé patriota).  Después de la guerra, la influencia de la Sección Femenina se extendió a todas las mujeres de España, no solo a aquellas falangistas. Además, abarcó más ámbitos aparte del sanitario, como el educativo, recreativo, deportivo, religioso, etc. (sé la mujer modélica). Los valores que se inculcaban a las mujeres se correspondían con los ideales falangistas, franquistas y católicos, es decir, se reducían a crear esposas y madres perfectas, imponiendo un modelo de mujer basado en la sumisión, el sometimiento, la dependencia y la entrega. (Manrique et al., 2008: 350). La mejor manera de difundir este canon era mediante maestras que perpetuaran esos roles, ya que tenían el poder de enseñar demagógicamente a las futuras madres. De esa manera, a las maestras se les exigía poseer una moralidad impecable, formación religiosa, y espíritu falangista. Era una profesión enaltecida para las mujeres porque estaba relacionada con los cuidados, siendo una prolongación del hogar. (Romero y Zamora, 2006: 46-51).

Cuando mis ojos analizan el diploma de la Sección Femenina que mi abuela Carmen me quiere regalar, yo, con unos ideales opuestos a los de la falange, en contra del franquismo y del estereotipo femenino que promulgaba, yo, como mujer feminista, atea y republicana, no sé qué decirle. Es complejo porque veo en mi abuela que fue feliz durante los años que formó parte de la Sección Femenina, que además le brindó la posibilidad de ser artista y maestra. Persiguió su sueño de enseñar y yo veo en ella un ejemplo de valentía. Pero, me pregunto, ¿si acaso era realmente su sueño, o un sueño que le fue impuesto? ¿Cómo habría sido su vida ahora?  ¿Escribiría ella estas palabras que escribo?

Referencias bibliográficas

Manrique Arribas, Juan Carlos, López Pastor, Víctor Manuel, Torrego Egido, Luis y Monjas Aguado, Roberto (2008): La labor formativa desarrollada por la Sección Femenina de la Falange en la preparación de sus mandos e instructoras durante el período franquista. Historia de la Educación, 27, 347-365.

Romero Rabazas, Teresa y Zamora Ramos, Sara (2006): La construcción del género en el franquismo y los discursos educativos de la Sección Femenina. Encounters on Education, 7, 43-70.