CAJA DE LABORES

HACER ENCAJE DE BOLILLOS: MUCHO MÁS QUE UNA CAJA

Juan Carlos Colomer Rubio

Universitat de València

Juan.colomer@uv.es

Imagen: Caja de labores con utensilios de encaje de bolillos.

Museo de Historia de la Escuela de la Universidad de Valencia.

En un rincón polvoriento de la memoria yace una caja de labores para encaje de bolillos, un objeto que, a simple vista, parece un simple vestigio de tiempos pasados, pulcramente policromado y sutilmente barnizado. El bolillo no es otra cosa que un palo pequeño y torneado que sirve para hacer encajes y pasamanería. El hilo se arrolla o devana en la mitad superior, que es más delgada, y queda tirante por el peso de la otra mitad, que es más gruesa.

Sin embargo, este modesto cofre guarda mucho más que hilos y patrones; es un testimonio silencioso de la historia de la educación de las niñas y una reflexión profunda sobre cómo estas enseñanzas han moldeado la formación ciudadana hasta fechas muy recientes.

La caja de “LABORES”, con sus delicados bolillos de madera y sus hilos finos, simboliza la meticulosidad y la paciencia. Cada encaje tejido es el resultado de horas de concentración, destreza manual y un aprendizaje que se transmitía de generación en generación. En épocas pasadas, las niñas eran introducidas en estas actividades como parte de su educación doméstica. Mientras los niños aprendían a formarse para un oficio, las niñas eran preparadas para ser amas de casa eficientes y esposas abnegadas. Hacer encaje de bolillos, en el fondo, no era otra cosa que esforzarse para, con suma paciencia, ser madre, esposa y “ángel del hogar”. A esto estaban llamadas, para esto tejían con bolillos.

Esta disparidad en la educación reflejaba y perpetuaba roles de género rígidos, limitando el potencial de las niñas y confinándolas a esferas privadas, cajas pequeñas, ribetes de colores y encajes con patrones marcados. La caja de labores no era solo un instrumento para el arte del encaje; era un símbolo de la educación restringida y un recordatorio de los talentos y habilidades que quedaron sin explotar, metidos en cajas, escondidos en etiquetas.

La reflexión sobre esta caja de labores -cuyos dibujos en la tapa ya nos muestran el género al que iban destinadas por tradición- nos lleva a cuestionar las consecuencias de esa educación segregada. Las niñas, limitadas “a sus labores”, fueron privadas de oportunidades para desarrollarse plenamente como ciudadanas con igual participación en la sociedad. La falta de acceso a una educación completa, una cultura igualitaria y variada restringió su capacidad para contribuir en campos científicos, políticos, culturales o económicos, relegándolas a un segundo plano, a una caja de labores.

Sin embargo, a pesar de estas limitaciones, muchas mujeres demostraron una extraordinaria resiliencia y creatividad. Incluso con recursos educativos limitados encontraron maneras de influir en su entorno y, eventualmente, en la sociedad en general. Hacer encaje de bolillos con lo que la sociedad y el mundo restringido proponía para disponer un mundo nuevo fuera de cajas cerradas.

Hoy, al mirar un recipiente de labores para encaje de bolillos vemos más que una herramienta artesanal; observamos una metáfora de la evolución de la educación de las niñas. Nos recuerda el largo camino recorrido y el trabajo aún pendiente para lograr una verdadera equidad educativa en el mundo global para salir de esas cajas. Además, la complejidad y la belleza contenida nos inspiran a valorar la paciencia y la dedicación necesarias para tejer una sociedad más justa e inclusiva.

En definitiva, reflexionar sobre una caja de labores es reflexionar sobre nuestra responsabilidad colectiva para garantizar que todas las niñas, independientemente de su origen, tengan acceso a una educación completa que les permita ser ciudadanas. Es una llamada a reconocer y rectificar las injusticias del pasado para construir un futuro donde la educación no conozca barreras de género, y donde cada niña y cada niño pueda alcanzar su máximo potencial fuera de patrones rígidos de una caja de labores.

Referencias bibliográficas

Aulí Ginard, Aantoni (2023): Bolillos. Los bolillos, una forma diferente de tejer. En Pablo Álvarez Domínguez, M. José Rebollo Espinosa y M. Celi Chaves Vasconcelos (Coords.): Patrimonio histórico educativo en femenino: objetos y sensibilidades (pp. 286-287). Gijón: Trea.

Barberá Marco, Óscar y Mayordomo Pérez, Alejandro (Coords.) (2017): Escoles i mestres: Dos segles d’història i memòria a València. València: PUV.