CUERDA PARA LA COMBA

                                  SALTANDO AL RITMO

Carolina Castañeda Vázquez

Universidad de Sevilla

carolinacv@us.es

Imagen: Cuerda para el salto a la comba.

Museo Pedagógico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla.

Al pasar la barca

me dijo el barquero:

las niñas bonitas

no pagan dinero.

Yo no soy bonita

ni lo quiero ser,

yo pago dinero

como otra mujer.

Al pasar la barca

me dijo el barquero:

las niñas bonitas

no pagan dinero.

Yo no soy bonita

ni lo quiero ser,

porque a las bonitas

les toca perder.

“La comba”, o el juego popular de “saltar a la comba”, se define según la Real Academia Española (RAE), como un juego infantil o ejercicio físico que consiste en saltar por encima de una cuerda que se hace pasar por debajo de los pies y sobre la cabeza de quien salta.

Las cuerdas pueden estar compuestas de diversos materiales: plástico o polietileno, algodón, fibra sintética, etc., así como se pueden encontrar con diversas longitudes: más cortas, para saltos individuales, o más largas para saltos en grupo.

Esta actividad cuenta con un amplio recorrido histórico. Algunas reseñas señalaban que era una de las actividades favoritas durante la celebración del Año Nuevo en la antigua China. Además, Hipócrates, el médico griego conocido como el padre de la medicina, recomendaba saltar la cuerda como un ejercicio para mejorar la agilidad. En España, la actividad se refleja en el lienzo de Joaquín Sorolla “Saltando a la comba, La Granja”, pintado en el verano de 1907. En la obra, el pintor retrata a su hija pequeña saltando a la comba alrededor de una fuente de uno de los jardines de La Granja de San Ildefonso (palacio real segoviano). Y es que, en nuestro país, saltar a la comba era un juego popular practicado casi exclusivamente por las niñas, y muy arraigado a los patios de los colegios.

Para una niña cualquiera, saltar a la comba en el patio del colegio era alegría, un derroche de energía, amistad compartida al ritmo de la cuerda y la canción, mientras palpitaba rápido el corazón, el olor a azahar de primavera, risas y carcajadas que resonaban amortiguadas por los saltos, hasta que sonaba la sirena, la cuerda se paraba, hasta mañana.

Actualmente, saltar la cuerda es un ejercicio físico que puede reportar numerosos beneficios para la salud, y que es practicado tanto por niños y niñas como por adultos, como forma de trabajar la condición física, e incluso asociado a prácticas deportivas: boxeo, crossFit, etc. Constituye en sí misma una modalidad deportiva en desarrollo que cuenta ya con campeonatos mundiales. Se enfrentan equipos formados por saltadores, hombres y mujeres, que parecen acróbatas entre las cuerdas.