CABALLO DE CARTÓN

TROTA, TROTA CABALLITO. UN JUGUETE PARA IMAGINAR

Sara González Gómez

Universidad de las Islas Baleares

sara.gonzalez@uib.es

Imagen: Caballo de cartón. Museo Pedagógico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla.

Sea cual sea nuestra generación, todas y todos recordamos perfectamente cuáles fueron nuestros juguetes preferidos; es más, no recordamos sólo los juguetes sino también algunas de las vivencias que generamos en torno a ellos. En el plano de los artefactos y objetos físicos, resulta evidente que son de las pocas cosas que impregnan y penetran unas experiencias personales intensas y, normalmente, cargadas de significatividad.

Cuando pensamos en el caballo de cartón, junto con las muñecas de cartón piedra, quizá estamos evocando dos de los juguetes más arquetípicos, esos que se han ganado un puesto innegable, por excelencia, dentro del patrimonio de los juguetes históricos y de mayor permanencia. Nos referimos a objetos atemporales, claramente estereotipados -muñecas para niñas y caballos para niños-, a través de los cuales se canaliza, en su modo más inmediato, el maravilloso y tantas veces demandado a lo largo de la historia derecho al juego.

En el plano histórico, encontramos grandes similitudes en torno a la figura del caballo que se mantienen a través del tiempo, así como una presencia constante del animal, real o fantástico, como objeto lúdico. Eso nos dicen desde el Museo Etnográfico Extremeño (2011), donde además añaden que los animales siempre han tenido mucha atracción en los niños y las niñas. Silvia Alfonso (2016) apunta que el caballito de madera es uno de los juguetes más representados en la iconografía medieval y fue uno de los juegos más populares entre los menores. Sin embargo, será en el siglo XVII cuando empiecen a aparecer en su forma actual. Inspirados en cunas oscilantes, en los antiguos caballos de palo y en los grandes caballos de madera utilizados en las justas ecuestres medievales. El caballo balancín o sobre ruedas se hizo especialmente popular en Inglaterra durante los siglos XVIII y XIX.

En el caso español, refiriéndose a la industria barcelonesa, el especialista Pere Capellà nos indica que, a caballo entre esos dos siglos, el juguete tiene dos ramas fundamentales: la del cartón amoldado y la de los juguetes de metal. En la primera estaban los caballos de cartón junto a un juguete paradigmático: la muñeca (Pons, 2014). En sus primeras versiones, los caballos de juguete estaban hechos de madera y se cubrían con cuero y piel de becerro. Con la llegada de la revolución industrial, la producción artesanal dio paso a procesos a gran escala y al empleo de materiales como el cartón o el plástico pintado para crear caballos de juguete más accesibles, asequibles y coloridos. En Valencia, cuna de la industria juguetera por excelencia, el caballo fue uno de los juguetes que dio prosperidad a la industria de la comarca.

Sobre estos caballos de cartón, evocados por Machado o presentes en las letras de Joaquín Sabina o Ismael Serrano, jugaron pequeños y pequeñas, en menor medida, de varias generaciones. No todos y todas pudieron tenerlos en propiedad. Algunas niñas y niños, corriendo la mejor de las suertes, los tuvieron cerca en un estudio fotográfico, donde la ecuestre figura quedó inmortalizada a su vera en una imagen de estudio para el recuerdo. Como recordaba Pérez-Reverte (2006), «con imaginación, madera, alambre y latas vacías de conservas se improvisaban los mejores juguetes del mundo. (…) Pero les hablaba del caballo. En esa época, para un crío de cinco años, un caballo de cartón suponía la gloria».

En la Red localizamos algunas fotografías de niñas posando al lado o a lomos del caballo. En ocasiones de feria, especialmente en Andalucía, siempre aparecía un puesto con un caballo de cartón y unos feriantes a la espera del paso de papás con niños y niñas para venderles la ansiada fotografía. Éstos son la mayor parte de recuerdos que hemos podido sondear entre mujeres de diferentes generaciones. No ha sido fácil. Claramente este juguete arrastra una carga estereotipada de género que se dejó sentir durante décadas. No podemos obviar el hecho histórico que ha asociado el género femenino a muñecas y objetos relacionados con el mundo doméstico, mientras que si pensamos en juguetes que se identifican con la masculinidad nombraríamos juegos de acción, aventura o estrategia. Ramón Pernas (2018), recordando su caballo, decía sentirse «el rey de las praderas, el jinete imbatible galopando las infinitas rutas, los caminos imposibles que nos llevaban a mi precioso alazán y a mí al trote por los fotogramas de las películas soñadas». Sólo algunas niñas pudieron disfrutar de un caballito en casa, normalmente aquellas que tenían hermanos varones mayores. Asimismo, todas ellas reconocen que se trataba de un juguete destinado a una minoría selecta con posibilidades económicas o un bien heredado que pasaba de generación en generación. Así lo recuerda uno de nuestros testimonios que nos comenta que, un día, su abuela le regaló un caballo de cartón piedra que había encontrado en un mercadillo. El caballo, aunque desgastado, era su tesoro más preciado. Ella le puso el nombre de Estrella y le contaba todos sus secretos. Montada en Estrella, viajaba a mundos fantásticos y lejanos, cabalgando por praderas imaginarias en las que podía ser libre y feliz.

Referencias bibliográficas

Administrador (2011): Un caballo de cartón, Pieza del Mes enero 2011. Museo Etnográfico Extremeño. En línea: https://museodeolivenza.com/caballodecarton-piezadelmes-enero2011/

Alfonso Cabrera, Silvia (2016): Juegos y juguetes infantiles en el arte medieval. Revista Digital de Iconografía Medieval, vol. VIII, n.º 15, 51-65.

Pernas, Ramón (2018): Opinión. Mi caballo de cartón. La Voz de Galicia (22/12/2018).

Pérez-Reverte, Arturo (2006): El caballo de cartón. XL Semanal (08/1/2006). En línea: https://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/76/el-caballo-de-carton/

Pons, Pere Antoni (2014): Entrevista. Pere Capellà Simó: «La joguina indica la importància que s’atorga a la infantesa». AraBalears (06/01/2014). En línea: https://www.arabalears.cat/balears/pere-capella-simo-importancia-infantesa_1_2176884.amp.html