JUEGO DE PESAS
LA HISTORIA SE PESA
Juego de pesas. Museo Pedagógico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla
La pesa es subjetiva y es necesario un acuerdo en la medida, un consenso entre las personas, por ello es sutil y simbólica la representación del objeto que traduce un peso, encerrando cuestiones como la justicia, la verdad, el entendimiento o la voluntad.
Mientras que para la medida del tiempo y del calor, se admitió desde luego una unidad constante y universal, la mensuración de la dimensión y del peso ofreció mayores dificultades, hasta el punto de que aún hoy, mientras en todos los pueblos se mide el tiempo y el calor de igual manera, quedan subsistentes diferentes maneras de medir la dimensión y el peso. La autoridad proveyó en este punto á la necesidad que no llenaron los individuos, determinándose por la ley el sistema de pesas y medidas. (Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, 1921, tomo XLIII: 1331).
En la descripción de las pesas encontramos que las de hierro pueden ser cilíndricas, cónicas o troncos de pirámides rectangular o hexagonal y de bases paralelas con las aristas achaflanadas y con un pequeño hueco para afinarlas poniendo plomo. Las pesas que sean de latón han de ser cilíndricas, con excepción de las de 5 dg. y las inferiores a ésta, las cuales serán de chapa cuadrada. Las cilíndricas han de terminar con un botón fundido a ellas o ajustado a rosca y asegurado con un pequeño tornillo de cobre, y pueden ser macizas o contener en su interior cierta cantidad de plomo para afinarlas.
Desde los orígenes de la humanidad se tuvo necesidad de comparar, contar, pesar, medir y valorar los objetos. El hombre fue la medida de todo: sus dos manos fueron los platillos de la primitiva balanza, el peso que pudiera llevar sobre sus espaldas, levantar con las manos o sostener con una «vino con el tiempo, á ser el patrón ó unidad de medida para los pesos y, según ella, se midió todo lo pesable.» (Ibidem: 1339). Las dos manos de la mujer unidas sirvieron de moldes de las primeras vasijas y cuencos.
Las medidas están desde tiempos inmemoriales: medidas arábigas, egipcias, caldeoasirias, persas, hebreas, fenicias, áticas o romanas. En Atenas y Roma, lo patrones de pesas y medidas se custodiaban en los principales templos. Y en la actualidad, en París hay una oficina internacional donde están depositados los prototipos del metro y del kilogramo.
Desde una perspectiva patrimonial podemos remontarnos a las pesas preparadas por Osiris para el juicio final, a las pesas en un telar romano, o las pesas en un reloj o en una lámpara. La luz, el tiempo y la vida, el ser en una pesa, pero no hay pesa si no hay balanza, equilibrio. Y si acudimos a la etimología, pesar y pensar derivan del latín pensare, son la misma palabra, pues para pensar se partió de la idea de pesar cuidadosamente el pro y el contra. De pesar nacen pesa, pesador, peseta, pesadumbre o pesadilla (Corominas, 1983).
En nuestro país se introduce el sistema métrico decimal en 1849 y, a partir de 1852, se ordena que haya una colección completa del sistema de medidas y pesas en todas las escuelas públicas (Guijarro, 2018), pero en los manuales escolares no aparecen recursos didácticos para su enseñanza (Picado, Rico y Gómez, 2015). Será hacia fines del siglo XIX cuando se diseñen paneles y colecciones de objetos para hacer más vivos y experienciales los aprendizajes. No obstante, en la educación de las niñas y su relación con las colecciones de objetos pedagógicos es difícil encontrar evidencias y testimonios pues si «la Ley Moyano, concebía a la mujer principalmente como miembro de la sociedad a la cual había que dar la educación mínima necesaria para que cumpliese su misión de esposa y madre», reformas posteriores como la de Albareda «la concebían no sólo como miembro de la sociedad, sino también como individuo al cual había que dar una educación que ensanchara sus horizontes intelectuales y la preparase para ocupar un lugar en el mundo del trabajo (Scanlon, 1987: 199). Solo la Institución Libre de Enseñanza trabajó para que la mujer se educara como el hombre y con el hombre influyendo en la política pedagógica y «creando organismos nuevos plenamente orientados por la Institución, tales como el Instituto Escuela y la Residencia de Señoritas (Scanlon, 1987: 202). Pero la aparente linealidad y progreso de la Historia es una entelequia y en la Ley de Enseñanza Primaria de 1945, la educación femenina se concreta en la preparación para la vida del hogar, la artesanía y las tareas domésticas.
En este contexto, el material pedagógico como el que reseñamos quizá tuviera cabida para sencillos ejercicios domésticos pero, principalmente, las niñas jugaron con las pesas en los establecimientos familiares (panaderías o ultramarinos) según hallamos en los testimonios de escolares de entonces, que es lo que recuerdan al ver este objeto. Ni siquiera las que luego ejercieron como maestras, lo utilizaron en sus aulas. Hoy en día, encontramos en las aulas de Educación Infantil recreación en los rincones de aula donde se juega a la cocina y al supermercado y, con pequeños objetos de plástico, las niñas y los niños juegan a pesar alimentos, clasificarlos o calcular sus precios.
Que aún se conserve este juego de piezas de latón que, es su día formó parte de una colección de material educativo, nos lleva a un museo que puede devolver a la escuela su dimensión experiencial ofreciendo las colecciones para una didáctica del objeto renovada (Cava y Arias, 2021).
Referencias bibliográficas
Cava, Mónica y Arias, Laura (2021): Aprendizaje basado en objetos en Educación Infantil: evaluación de una estrategia de intervención. REIDICS, Revista de Investigación en Didáctica de las Ciencias Sociales, 8, 224-242.
Corominas, Joan (1983): Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana. Gredos.
Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana (1921, tomo XLIII). Barcelona: Espasa-Calpe.
Guijarro, Víctor (2018): Artefactos y acción educativa. Madrid: Dykinson.
Picado, Miguel, Rico, Luís y Gómez, Bernardo (2015): Enseñanza de las unidades métricas en España en la segunda mitad del siglo XIX. Enseñanza de las Ciencias, 33 (3), 175-196.
Scanlon, Geraldine M. (1987): La mujer y la instrucción pública: de la Ley Moyano a la IIª República. Historia de la Educación: Revista Interuniversitaria, 6, 193-208.