GUSANO DE SEDA
EL ARTE DE LA SEDA
José Damián López Martínez
Centro de Estudios sobre la Memoria Educativa. Universidad de Murcia
damian@um.es
Imagen: modelo desmontable de gusano de seda (Bombyx mori).
Centro de Estudios sobre la Memoria Educativa (CEME). Universidad de Murcia.
Este modelo de gusano de seda que integra el patrimonio histórico-científico del Centro de Estudios sobre la Memoria Educativa (CEME) viene a ser un instrumento cultural que nos recuerda que la cría del gusano de seda es un elemento esencial del patrimonio cultural de Murcia, de sus tradiciones, costumbres y prácticas sociales.
La sericicultura, fabricación y producción de la seda, tiene con Murcia una vinculación que cuenta con una larga tradición (la introdujeron los árabes en el siglo VIII). A partir del siglo XVI, alrededor de la seda se configuró una importante actividad artesanal y económica que ocupaba a familias enteras, sobre todo a mujeres y niñas. Las mujeres -fundamentalmente de la huerta murciana-, realizaban el cultivo doméstico del gusano de seda en primavera con una gran dedicación. Y también la mayor parte de la mano de obra de las industrias sederas eran mujeres -la mayoría jóvenes de catorce o menos años-, trabajando como hilanderas, cogedoras de seda o limpiadoras de capullos, con unas miserables condiciones laborales y sueldos mezquinos. La crisis de finales del siglo XIX provocó la casi total desaparición de su cultivo cuando varias epidemias afectaron al gusano de seda y arruinaron la producción. La creación de la Estación Sericícola de Murcia, en el año 1892, consiguió mantener la producción durante un tiempo, aunque siguieron con unas lamentables condiciones laborales. En este sentido, en septiembre de 1911, las mujeres organizaron una huelga para hacer patente la explotación que sufrían: trabajaban más de once horas diarias, sin poder hablar o distraerse, y con un sueldo, por término medio, de 0,60 pesetas diarias. Hoy de esta actividad sólo quedan algunos vestigios artesanales.
Asimismo, ha sido un recurso didáctico en la formación de las futuras maestras. Baste citar los textos de profesoras de Escuelas Normales como Purificación Feltrer (Lecciones de cosa sobre primeras materias industriales, 1883), Catalina Vives (Vulgarizaciones científicas, 1918) o Rosa Sensat (Les ciències en la vida de la llar, 1923), entre otras más.
Y también la cría del gusano de seda ha estado -y está- presente en muchas escuelas murcianas. Soy testigo presencial -como profesor y como padre- de que se ha seguido prestando especial atención al estudio del gusano de seda y que es práctica habitual el reparto de gusanos de seda entre escolares para construir el proceso de enseñanza-aprendizaje sobre un hecho que les resulta familiar. Las propuestas de maestras y maestros posibilitan que niñas y niños estudien activamente la morfología, alimentación, formación del capullo de seda, que realicen el seguimiento del ciclo biológico completo y descubran el proceso de metamorfosis por el que pasan. Para ello, las alumnas y los alumnos utilizan una caja de cartón a la que hacen varios agujeros, introducen los gusanos y las hojas de morera que hay que recoger diariamente del árbol, limpian cuidadosamente la caja donde están y vigilan que la temperatura sea la adecuada, el ambiente seco y ventilado y la luz difusa.
Las actividades planteadas consiguen crear un ambiente que favorece las prácticas científicas, y son emocionantes, excitantes e interesantes para el alumnado, manteniendo una viva atención y predisponiendo a la actividad. Se propician momentos donde reina el entusiasmo, la diversión, la satisfacción, la alegría y, en ocasiones, la ansiedad, el pesimismo, la tensión o la duda ante los problemas que surgen.
Y algo que es fundamental: se establecen hábitos de observación y descubrimiento, se realizan predicciones, se practican habilidades manipulativas, se buscan soluciones a los problemas que puedan surgir, se experimenta, se recogen datos sobre los cambios producidos (forma, tamaño, peso, cambios de piel, aspecto externo, …), se investiga de forma práctica sobre la extracción del hilo del capullo de seda y se comunican los resultados. Además, se sensibiliza al alumnado con la recuperación de usos, prácticas, costumbres, habilidades y técnicas del pasado, rescatando tradiciones que definen un aspecto destacado del patrimonio cultural de la Región de Murcia.