CARTEL “INGRESO EN LA

               OTAN NO”

        TEJIENDO LA PAZ EN UN MUNDO EN CONFLICTO

Francisco Javier Cantos Aldaz

Universidad Jaume I

fcantos@uji.es

Imagen: Equipo Hoz.

Museo Pedagógico de Castellón. Universidad Jaume I.

A principios de la década de los ochenta, entre 1981 y 1986, la ciudadanía española se movilizó en protesta contra la integración de España en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). El objetivo de estas manifestaciones antimilitaristas era doble: por un lado, obligar al Gobierno a convocar un referéndum y, por otro, lograr que el «no» a la OTAN prevaleciera. Sin embargo, el 30 de mayo de 1982, España se convirtió, bajo el último gobierno de UCD (Unión de Centro Democrático) liderado por Leopoldo Calvo Sotelo, en el decimosexto país miembro de la organización militar. Una semana después, el 6 de junio, miles de personas marcharon hasta Torrejón para protestar contra la entrada de España en la Alianza del Atlántico, abogando por la paz, seguridad e independencia. Esta adhesión desencadenó una movilización social que culminó el 12 de marzo de 1986, cuando el gobierno socialista, entonces apoyando la permanencia de España en la OTAN, llevó a cabo un referéndum en el que se ratificó el ingreso de 1982.

En ese contexto, las mujeres, que habían sido relegadas a la esfera privada y excluidas del ámbito público durante la dictadura franquista, comenzaron a organizarse y a manifestarse en contra del militarismo, promoviendo así una cultura de paz. Con el inicio de la democracia, tras la muerte de Franco en 1975, se abrió un nuevo panorama para su participación política. En este clima de cambio y apertura, surgieron en España los primeros partidos feministas (1977), como respuesta al largo período de opresión y como expresión del deseo de las mujeres de luchar por sus derechos y «cansadas del machismo y de las actitudes paternalistas de sus compañeros de partido» (Jareño, 2024: 63).

El movimiento feminista español argumentaba que la militarización y las guerras son legados del patriarcado perpetuados a través del sistema educativo, lo cual perjudicaba tanto a las mujeres como a la sociedad en su conjunto (Pascual, 2024). Estos argumentos desafían las estructuras de poder tradicionales y abogan por una sociedad más equitativa y pacífica. En la actualidad, continúan las críticas a la presencia y políticas de la OTAN, destacando su impacto negativo en las mujeres y en la promoción de la paz. Además, denuncian cómo la militarización y conflictos armados afectan a las mujeres, exponiéndolas a violencia sexual, desplazamiento forzado y pérdidas personales.

Históricamente, las mujeres han sido apartadas del ámbito de la guerra y han desempeñado un papel fundamental como dadoras de vida (Magallón, 1993). De hecho, desde los inicios de la civilización occidental, al igual que en otras culturas, la paz ha sido simbolizada por una figura femenina, adornada con atributos ligados a su rol de género (Martínez, 1998); ejerciendo como mediadoras, líderes comunitarias y defensoras de los derechos humanos. En este proceso, las mujeres han tenido un papel crucial en la redefinición del concepto de paz, al integrar sus derechos en la noción de paz positiva y al establecer valores y formas de vida libres de violencia, opresión y desigualdades (Pietlä, 1990). Por lo tanto, la participación activa de las mujeres en los procesos de paz se muestra como fundamental para alcanzar soluciones duraderas y sólidas, al priorizar la reconciliación, la inclusión y el bienestar comunitario. Según Naciones Unidas (2021), los procesos de paz que incorporan a las mujeres tienen una mayor probabilidad de éxito y de perdurar en el tiempo. A pesar de ello, su participación ha sido subestimada, siendo una minoría en las negociaciones de paz.

 

Recientemente, en la declaración de Global Women for Peace United Against NATO (2023) que se hizo pública antes de la reunión de la OTAN en Vilna (Lituania), se reconoce el papel del capitalismo en la militarización y se critica la presión de la OTAN sobre los gobiernos para que aumenten el gasto militar por encima del 2% del PIB, mientras muchas personas luchan con crisis económicas. Además, se señala el surgimiento de ideologías autoritarias, neofascistas, nacionalistas, xenófobas y sexistas, alimentadas por una cultura militarizada en ascenso.

 

En este escenario, se evidencia la necesidad que tienen los espacios educativos, no solo de centrarse en la educación para la paz, sino también de llevar a cabo un proceso de desmilitarización. Esto implica impedir que los cuerpos armados accedan a las aulas y protestar contra su presencia en eventos y ferias que promuevan oportunidades laborales y educativas (Ruiz, 2018). Por tanto, es esencial promover un ambiente escolar libre de influencias militares, donde el estudiantado pueda desarrollarse en un entorno seguro y pacífico, fomentando así una cultura de paz y respeto por los derechos humanos.

Referencias bibliográficas

Global Women for Peace United Against NATO. (2023): [Declaration for Peace].

Jareño Gila, Claudia (2024). Del movimiento social al poder político. Un acercamiento a los partidos feministas. FEMERIS: Revista Multidisciplinar de Estudios de Género, 9(1), 61–79. En línea: https://doi.org/10.20318/femeris.2024.8340

Magallón Portolés, Carmen (1993): Hombres y mujeres: el sistema sexo género y sus implicaciones para la paz. En Seminario de Investigación para la Paz Centro Pignatelli (ed.) El Magreb y una nueva cultura de paz (pp. 61-76). Diputación General de Aragón.

Martínez López, Cándida (1998): Eiréne y Pax. Conceptualizaciones y prácticas pacíficas de las mujeres en las sociedades mediterráneas antiguas. Arenal, 5(2), 239-261. En línea:  https://revistaseug.ugr.es/index.php/arenal/article/view/22537/21190

Naciones Unidas. (2021): Participación de las mujeres en los procesos de paz: modalidades y estrategias en las distintas vías. 29 y 30 de 2018. En línea: bit.ly/4dWMRSz

Pascual, Marta (2024): Militarismo y patriarcado: los siete errores. El Salto. En línea: https://www.elsaltodiario.com/saltamontes/militarismo-patriarcado-siete-horrores

Pietilä, Hikka (1990). La contribución de la mujer como prerrequisito para una paz duradera. Poder y libertad: revista teórica del Partido Feminista de España. (12), p. 16.

Ruíz Benedicto, Ainhoa (2018): Desmilitarizar la educación, vía esencial para conseguir un mundo más pacífico. Policy Paper, 6, 1-4.