GRABADO FRANCÉS. S. XIX.

  MIRADA ARTÍSTICA DE UNA CÓMICA ESCENA ESCOLAR

                                       DEL SIGLO XIX

Yovana Hernández-Laina

UNED

yhernandez@edu.uned.es

Imagen: Grabado francés del siglo XIX. «Baissez les yeux. Vous perderez la vue». Lithographie par Renier Battannier, Paris, Bulla Frères Editeur. Museo de la Educación “Antonio Molero”. Universidad de Alcalá.

Nos encontramos ante una pieza elaborada mediante una antigua técnica de impresión, el grabado litográfico. En concreto, este grabado del siglo XIX nos transmite una escena escolar mediante un arte exquisito, delicado y meticuloso. Una peculiar y rocambolesca escena cotidiana de lo escolar, de un tiempo ya lejano. Una escena bellísimamente retratada a través de una técnica que resalta un fantástico uso del color, que envuelve, atrapa, y desde la perspectiva temporal actual nos interpela con preguntas… ¿Qué está ocurriendo en esta escena técnicamente estática, pero que parece estar en constante movimiento? El extraño dinamismo de la escena nos muestra un aula del siglo XIX frecuentada únicamente por varones de corta edad acompañados del maestro, donde se encuentra también una misteriosa mujer que se convierte en protagonista tras sufrir un infortunio. Una única mujer que rompe con la actividad educativa de la sala y a la que es desafortunadamente ajena. El maestro, diligente, la rescata de las miradas indiscretas de los alumnos, en una recatada muestra de pudor propio de la época. Ella, quizá sea la propia esposa del maestro, o quizá una asistenta que lo acompaña en el cotidiano del hogar, porque la escena transmite que esa escuela está ubicada en la propia casa del maestro. Circunscritas entre tanta duda sí son evidentes las ausencias, pues no hay niñas aprendiendo o compartiendo rutinas escolares con compañeros varones. Únicamente observamos una figura femenina que no es protagonista del cotidiano educativo, sino que más bien se ajusta a un papel de cuidadora de la escuela y del maestro.

La mujer decimonónica tan solo era una sobra, una sombra presente, pero una sombra. Hoy afortunadamente la mujer ha dejado de ser una sombra y somos conscientes de que la educación de la mujer es la condición previa más importante para la emancipación femenina. Sin embargo, la educación decimonónica la mantenía en la ignorancia y, por ende, también la mantenía sometida al estricto ámbito del hogar, justificando dicho sometimiento a través de esa misma ignorancia. El sistema patriarcal consideraba que la mujer no necesitaba ser instruida, sino que debía practicar para hacerse virtuosa, modesta, humilde, paciente, resinada y abnegada y, sobre todo, manejarse a la perfección en las labores domésticas. Por tanto, el objeto de sus estudios, si los había, debía ir encaminado a favorecer una buena gestión del hogar. Su educación quedaba relegada a enseñanzas que más tenían que ver con la educación moral y de gestión del hogar que con la instrucción propiamente dicha, obligando a la mujer a aceptar una forma concreta de estar en el mundo.

Hay que tener en cuenta que las imágenes impresas, como en el caso de este grabado, tuvieron una gran repercusión para la sociedad del siglo XIX y podrían considerarse comparables con nuestros actuales medios de comunicación visual. Si tenemos en cuenta a aquellas mujeres que contemplaron este tipo de imágenes, como expresión de un realismo que, bajo la perspectiva de una lectura actual puede parecer escasamente verosímil, nos sorprenderíamos al constatar que para ellas no eran burdas ni ingenuas, pese a que contaban con una carga ideológica y narrativa importante que claramente jugaba en su contra, alejándolas de la escuela y de su propia emancipación. Sin duda este tipo de imágenes articularon gran parte de la cultura y del imaginario colectivo de la sociedad. No se puede olvidar la importancia cultural que el grabado tuvo en distintos ámbitos como la prensa o los propios manuales escolares del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, pues sus mecánicas narrativas colonizaron la escuela.

Cabe esperar que este tipo de imágenes, que recreaban costumbres cotidianas de la escuela, con sus propias estrategias narrativas, ideológicas y visuales, transmitieran valores propios de la época, mostrando a las mujeres decimonónicas qué lugar les esperaba ocupar. Ese lugar era un lugar secundario, siempre a la sombra, como protagonistas de los cuidados, bajo un olvido sistemático a lo largo de la historia y no solo en la esfera educativa.

Referencias bibliográficas

Riego Amézaga, Bernardo (2001): La construcción social de la realidad a través de la fotografía y el grabado informativo en la España del siglo XIX. Santander: Ed. Universidad de Cantabria.