JUEGOS Y COSAS DE NIÑOS

                                NIÑOS, NIÑAS, NIÑES

Juan Pablo Mora Gutiérrez

Universidad de Sevilla

jmora@us.es

Imagen: Juegos y cosas de niños,

por Gloria Higuera. Instituto «San José de Calasanz».

Misiones Pedagógicas, Madrid, 1944.

Museo de la Educación “Antonio Molero”. Universidad de Alcalá.

Adivina adivinanza:

Llora como un niño,

Corre como un niño,

Se pelea como un niño,

Juega al fútbol como un niño,

Pero no es un niño

¿Qué es?

Respuesta: una niña

En Juegos y cosas de niños la palabra niños por un lado se contrapone a otras para indicar un rango de edad determinado para el que son apropiados esas cosas y esos juegos a los que se refiere el título de la publicación de Gloria Higuera y por otro entra en oposición con “niñas”, en una de las dicotomías lingüísticas que más polémica y controversia siguen generando en nuestra sociedad contemporánea caracterizada por las guerras culturales y por la polarización.

La imagen de la portada deja constancia visual de que las cosas de niñas como la muñeca y el oso de peluche que sostiene la niña están relacionadas con los cuidados de los que se sigue teniendo la expectativa en nuestra sociedad actual de que será la mujer quien se ocupe de ellos mayoritariamente. Mientras, el niño cabalga en su caballo de juguete que sin duda le conducirá a vivencias y aventuras más allá del hogar en el que se espera que quede confinada su hermana. La pelota también se considera en 1944 juego de niños y no de niñas, y mucho menos de niñitas.

Afortunadamente, hemos avanzado mucho en los 80 años que nos separan de esta publicación. Ahora las niñas y mujeres futbolistas españolas han sido campeonas del mundo en todas las categorías. El lenguaje se ha hecho más inclusivo con la incorporación de cientos de palabras femeninas que se han tenido que crear o resignificar a medida que las mujeres españolas han ido conquistando nuevos espacios laborales y actividades que les estaban vedadas en 1944 y que parecían inalcanzables. Ya no son aceptadas las palabras, frases hechas y refranes que denigran a la mujer y se denuncia que hacer cosas “como una niña” no tenga prestigio y se ridiculice.

Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer, muchos juegos y cosas exclusivamente de niños varones mayores, sobre todo en los ámbitos de mayor influencia y poder. En el ámbito lingüístico, todavía sigue quedando mucho por conseguir. Hay personas que se consideran expertas que abogan por denominar al masculino genérico como inclusivo, cuando como se demuestra en la adivinanza inicial es completamente excluyente. Otras muchas personas se mofan de los desdoblamientos del lenguaje inclusivo y sobre todo del nuevo morfema –e que ha popularizado la juventud de Argentina y que poco a poco va calando en nuestro país, al menos como fórmula de respeto y de consideración a quienes en la época de la publicación que nos ocupa eran no solo invisibilizados sino también perseguidos, encarcelados e incluso confinados en campos de concentración por necesitar espacios, cosas y juegos que no son ni de niñas ni de niños sino más bien de niñes.

 

¡Ojalá alcancemos pronto un mundo con igualdad efectiva y real entre niñes, niñas y niños de manera que estas distinciones lingüísticas no sean necesarias nunca más!