RETRATO DE PRIMERA

             COMUNIÓN

         VER, GUARDAR Y RECORDAR: EL RETRATO DE

                                  MARÍA MERCEDES

Maria Celi Chaves Vasconcelos

Universidade do Estado do Rio de Janeiro – Brasil

maria2.celi@gmail.com

Imagen: Retrato de Primera Comunión. María Mercedes Domínguez Martín (1956-2023). Bollullos par del Condado (Huelva). Museo Pedagógico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla.

Sobre la mesita auxiliar del sofá del salón, junto al piano en el que estudió clases de música desde la niñez, reposaba en un portarretrato la fotografía de su primera comunión, un recuerdo congelado en el tiempo, que reunía la memoria de los objetos de la infancia. La fotografía desgastada por los inviernos y veranos, a lo largo de más de 50 años, formaba parte de las imágenes a admirar por los visitantes de la casa, junto a los retratos de las principales etapas de la vida: la juventud, el matrimonio, los hijos, los momentos felices. En un plano elevado, allí estaba ella, la fotografía de la primera comunión, marcando el principio de todo.

Al mirar la fotografía se percibe la faceta tan propia de la juventud, la alegría tímida que se desprende de la imagen en aquel momento tan esperado y, al mismo tiempo, la duda de lo que reservaba el futuro. ¿Cuántos sueños habrá soñado ese día? ¿Cuántas peticiones se han hecho a Cristo como deseos de una vida feliz? ¿Cuántas esperanzas debe haber generado la primera comunión en aquella niña que tenía sólo 6 años?

Al igual que tantas otras niñas de su edad que, con grandes expectativas, esperaban el día de la primera comunión, la fotografía representada en esta reseña pertenecía a María Mercedes Domínguez Martín (1956-2023). En 1962, año en que se tomó la fotografía, la primera comunión era uno de los principales rituales que se llevaban a cabo simultáneamente con la alfabetización escolar. Aunque las escuelas eran laicas, este rito era practicado por las parroquias locales atendiendo a los escolares (Álvarez y Chaves, 2021). En el caso de la fotografía de María Mercedes, la niña estudiaba en el Colegio Cristo Rey de Bollullos par del Condado (Huelva) y su primera comunión se realizó en la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol del mismo pueblo.

El día de la primera comunión era una fiesta familiar, en la que participaban familiares y amigos y, a menudo, más de uno de los hijos de la pareja realizaba la celebración juntos. María Mercedes era la mayor de cuatro hermanos y su nombre le fue dado por sus padres, Mercedes y Antonio, en honor a su madre, y ambas así fueron nombradas en referencia a la Virgen de las Mercedes, que es la patrona de Bollullos, el pueblo donde ella nació y vivió.   

Siendo la primera comunión una fiesta planificada en detalle, toda la indumentaria llevada por la niña fue diseñada para ese momento, desde la corona, el velo, el peinado, el vestido, los aderezos, de los cuales formaba parte siempre una estampilla, ofrecida como regalo y como recuerdo del día de la celebración. En la fotografía se puede ver su cabello perfectamente arreglado, con dos trenzas que caían sobre el vestido, coronado por un velo de tul ricamente decorado, finalizado por una corona también de tejido armado, imitando a una princesa. El vestido de mangas largas y acinturado, poseía un corpiño trabajado en renta con bordado de flores, que abría para una amplia faldilla del mismo tejido, demostrando todo el cuidado y el esmero en la confección de una pieza costosa y bellamente cosida. En las manos, la niña llevaba un misal y un rosario, además de llevar colgado de la cintura una limosnera en la que, probablemente, estaban las estampitas que repartiría después de la ceremonia (Álvarez, Rebollo y Chaves, 2023).

Los vestidos eran piezas tan bien elaboradas que, en ocasiones, sirvieron a varias generaciones de la familia, como ocurrió en el caso de María Mercedes, cuyo traje de primera comunión fue utilizado por su hermana Ángeles para el mismo rito dos años después. Y de ese vestido después su madre sacó dos para ponérselos a las hermanas los domingos.

La celebración de ese gran día se llevó a cabo en el patio de su casa familiar. El patio estaba decorado con flores y guirnaldas. Fue una merienda y se invitó a familiares y amigos. También asistieron las monjas que vivían justo frente de esta casa. La niña estaba tan hermosa que, en este día, sus padres la llevaron a la casa de diferentes familiares para que la vieran con su vestido, como era costumbre en aquella época.

Para la realización de este retrato sus padres acudieron a un fotógrafo profesional de Sevilla, llamado «Enrique», y desde entonces la fotografía ocupó un lugar destacado en un mueble de la casa familiar. De la casa de sus padres, pasó luego el retrato a su propia casa, haciendo un camino parecido al de la su propia vida. Años después, la fotografía fue donada por su hijo Pablo al Museo Pedagógico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, donde luce como testimonio de uno de los más significativos patrimonios educativos que acompañan a los niños y niñas durante el período de la primera escolarización. Sin embargo, María Mercedes siempre preguntaba sobre su retrato al mencionado: ¿Está bien guardado? ¿Contribuye a contar historias sobre la primera comunión? ¿Era el testimonio de una época que serviría para enseñar al profesorado y estudiantes cuestiones relacionadas con el patrimonio educativo? La respuesta a todas sus preguntas era tal vez lo que la consolaba estando alejada de uno de sus recuerdos materiales más preciados.

Actualmente, se encuentran muchas fotografías de primera comunión en tiendas de diversa índole, librerías de segunda mano, casas de antigüedades, etc. Esto se debe a que las generaciones que no conocieron la importancia de ese momento en que la fotografía de la primera comunión era un bien precioso, a veces la consideran descartable, entre tantos papeles que nos deshacemos optando por las memorias digitales (Álvarez y Chaves, 2021). Sin embargo, al parecer que pierden el valor, aquellos que las guardan se convierten en poseedores de un patrimonio extremadamente importante y valioso, pues además de tratarse de una época extinta por las condiciones sociales en rápido cambio, también se refieren a personas cuyas vidas han marcado profundamente su época y a aquellos con quienes han convivido.

 

María Mercedes, antes de morir, preguntó por su foto y se le dijo que se conservaba bien, enseñando a muchas personas sobre el valor de preservar, guardar, cuidar y estudiar momentos marcantes que formaron parte significativa de la educación de los niños a lo largo del siglo XX.

Referencias bibliográficas

Álvarez Dominguez, Pablo y Chaves Vasconcelos, Maria Celi (2021): A primeira comunhão feminina entre dois lados do oceano (Brasil e Espanha): imagens arquivadas de educação e religião. Cadernos de História da Educação (online), v. 20, p. 1-22. En línea: https://seer.ufu.br/index.php/che/article/view/63316

Álvarez Dominguez, Pablo; Rebollo Espinosa, Maria José y Chaves Vasconcelos, Maria Celi (Coords.) (2023): Patrimonio histórico educativo en femenino: objetos y sensibilidades. Gijón: TREA Ediciones.