ÁLBUM DE DIBUJOS/DISEÑOS

                             EL ÁLBUM Y LA MUJER

Mª José Martínez Ruiz-Funes

Universidad de Murcia

mjosemrf@um.es

Album de dibujos/diseños.
Museo Pedagógico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla

El álbum, durante el primer cuarto del siglo XIX, se consideraba un signo distintivo del prestigio de las mujeres pertenecientes a la aristocracia y la alta burguesía. Era un objeto que se caracterizaba por estar fabricado en buen papel y presentaba, en la mayoría de los casos, una lujosa encuadernación. En España comienza a ser un objeto apreciado y demandado en los primeros años de la década de los treinta y aún lo fue hasta bien entrado el siglo XX.

En los primeros años fueron las mujeres pertenecientes a la aristocracia las que comienzan a demandar y poseer álbumes, pero poco a poco y debido a la imitación, las mujeres de las clases burguesas comienzan a hacerse con ellos y la calidad de los mismos comienza a devaluarse derivando en modestas colecciones de dibujos, bordados y textos.

Tal como relata Leonardo Romero (2000) un joven universitario de provincias hipotecó su reducido presupuesto económico para regalar a una muchacha el álbum que se exhibía en una tienda de Madrid:

Encima de la esbelta repisa de acero bruñido, primorosamente cincelada, se destacaba un soberbio álbum, de piel de Rusia negra, ostentando en el centro la clásica letra griega que mantiene en la base la emblemática tortuga. De un cocodrilo de seda verde, perdido entre las hojas del plateado canto, colgaba la tarjeta con la cifra abrumadora, precio de aquella alhaja…¡¡260 pesetas!! Casi tres meses de la renta de Jesús, con la que había de costearse casa de huéspedes, libros, tabaco, ropa limpia, diversiones, etcétera.

El álbum de dibujo constituyó un material esencial para la enseñanza de las niñas. Tanto en la enseñanza primaria elemental como en la superior el dibujo formó parte de la formación femenina. Los manuales para la formación de maestras de primera enseñanza aspirantes al magisterio contienen todo tipo de alusiones a la utilidad de estas destrezas en el día a día de la mujer. Las razones de la necesidad de aprender a dibujar junto con nociones de geometría y el dominio del dibujo a mano alzada se hacen patentes en los siguientes párrafos:

Algunas niñas que tienen poca afición al estudio, pero buen pulso, buena vista y bastante imaginación, aprenderán con dificultad a estudiar y resolver los problemas geométricos, y en cambio trazarán con gracia y soltura cualquier dibujo, como una flor, un pájaro, etc. Cultívese en buen hora esta disposición, y quizá algún día, sino salen notabilidades en el dibujo y la pintura, sabrán al menos dibujar el pañuelo, la camisa o la chambra que ellas mismas han de bordar (Pascual y Viñas, 1896: 277).
Esta asignatura forma parte del programa oficial de nuestras escuelas superiores y es, por consiguiente, obligación de las Maestras enseñarla a las alumnas de esta clase, acompañada del dibujo lineal, que les será indispensable si siguen la carrera del Profesorado, y de grande utilidad si se dedican a los oficios de modista o bordadora, sin contar que por su medio se desarrolla la afición al dibujo a ojo y a pulso, además de ser un arte bellísimo, contribuye a la educación estética y al buen gusto y elegancia en la distribución de los muebles y adorno de las habitaciones de las futuras amas de casa (Pascual y Viñas, 1896: 276).
En el tratado de Dibujo de adorno, haremos primero la debida aplicación del dibujo lineal, para demostrar que la combinación de las diferentes figuras geométricas nos da ya por sí sola, otra más vistosa y de grande aplicación, según el mayor o menor gusto con que se quiera embellecer o agraciar un objeto. Después pasaremos al contorno de las hojas, de las flores y de las frutas, comparándolas siempre con las figuras geométricas a que más se aproximan por su semejanza con éstas, cuya delineación nos debe ya ser fácil; y por último daremos algunos dibujos para bordado, exponiendo el método, así en estos como en todos los demás, «que convendrá adaptarse por las jóvenes para copiarlos, combinarlos, y hasta inventar en su caso los que deseen su fecunda imaginación regulada por el buen gusto, cuya base es la sencillez (Cuesta, 1954: 351-352).

Tras esta descripción cabe destacar el texto publicado en 1879 en el semanario El Mundo Ilustrado de Barcelona cuyo título es La Mujer y el Álbum y del cual reproduciremos algunas frases:
Todos sabemos lo que es un álbum, pero pocos, muy pocos sabéis lo que es una mujer.
Un álbum es un libro que consta de muchas páginas. ¡Acaso no consta de muchas la vida de una mujer!
El hombre viste las hojas de un álbum para estampar en él sus pensamientos.
El álbum puede contener un mérito incalculable, puede ser una magnífica joya: el corazón de la mujer es frecuentemente un tesoro de inapreciable valor… (Gimeno, 1879: 127).

Referencias bibliográficas

Cuesta, Juan de la (1854): Manual completo de instrucción primaria para las niñas. Valladolid: Juan de la Cuesta.
Gimeno, Concepción (1879): La mujer y el Álbum. El mundo Ilustrado, 4, 127-128.
Pascual, Pilar y Viñas, Jaime (1806): La educación de la mujer. Tratado de pedagogía para las maestras de primera enseñanza aspirantes al magisterio por Dña. Pilar Pascual de Sanjuán y D. Jaime Viñas y Cusí. Barcelona: Librería de Antonio J. Bastinos.
Romero, Leonardo (2000): Dibujos y pinturas en los álbumes del siglo XIX: una variedad del ut pictura poesis. Príncipe de Viana. Anejo, 18, 331-342.