CUADRO SOBRE BORDADOS DE

                  VOCALES

        APRENDER A LEER Y A ESCRIBIR BORDANDO

Teresa Rabazas Romero

Universidad Complutense de Madrid

rabarom@ucm.es

Cuadro sobre bordados de vocales.
Museo Pedagógico de la Universidad de Huelva

Los trabajos de aguja e hilo han sido una de las actividades que se han dirigido a las niñas y a las mujeres desde la Antigüedad hasta nuestra historia más reciente. Estas enseñanzas se han transmitido de manera informal en los hogares como una ocupación dirigida al sexo femenino, que se ha ido transmitiendo de generación en generación de madres a hijas.

Estos saberes se trasladaron a las escuelas de niñas de manera formal porque respondían al modelo feminizante del “ángel del hogar” que predominó durante los siglos dieciocho, diecinueve y gran parte del siglo veinte (Ballarín, 2001). Han tenido una relevancia muy importante para su formación como futura esposa y madre de familia.

De hecho, se ha comprobado que en los primeros textos que regularon las escuelas de niñas, se disponía la enseñanza de las labores de manos o del sexo para las niñas (Flecha, 1997). Pero realmente, la primera Ley de Instrucción Pública (Ley Moyano, 1857) que consolidó nuestro sistema educativo, fue la que afianzó la asignatura de Labores propias del sexo, con carácter obligatorio, en el currículo de las escuelas de niñas. Permaneció vigente casi cien años, influyendo mucho en la formación de alumnas y maestras. Durante la dictadura franquista se confirmó esta materia en la Ley de Educación Primaria de 1945 para la formación de las alumnas. Muestra de ello, se puede evidenciar a través de los testimonios que nos aporta la historia oral , comprobándose que esta práctica era muy habitual:

“La costura era una de las actividades que más practicábamos en la escuela. La realizábamos casi todas las tardes del año, una vez que habíamos terminado los deberes, y los jueves por la tarde era una asignatura obligatoria. En ella aprendíamos a hacer ojales, bordados, crucetilla, punto segoviano… En las tardes de primavera, nos salíamos con unas sillas a coser al patio, todas las niñas y la profesora. Hacer labores era una de las cosas que más nos gustaba hacer a las niñas. Cada una llevábamos nuestro costurero, y todos los trabajos que hacíamos nos los llevábamos a casa. De esta actividad no hacíamos examen, pero era obligatorio que supieras coser bien. Yo creo que nos gustaba tanto porque desde pequeñas ya en casa veíamos cómo nuestras madres cosían y ellas mismas nos iban enseñando cosas de costura que luego seguíamos aprendiendo en la escuela. Cuando ya sabíamos coser, nos sentábamos por la tarde en la puerta de casa, con las vecinas, y aunque éramos pequeñas, pasábamos las horas allí sentadas con la aguja y el hilo en mano.” (Sonlleva, 2017: 161-162).

Por otra parte, como señala la historiadora Carmen Sarasúa (2002), también existía una correspondencia entre el aprendizaje de labores que se daba a las niñas en las escuelas y el trabajo que desarrollaron en el ámbito textil (hilado, costura, calceta, bordados, encajes, ajuar, etc.) así como con las tareas que debían desempeñar en el ámbito privado o doméstico.

Por tanto, la alfabetización de las niñas estaba muy ligada a las labores de aguja e hilo y no es de extrañar que, a diferencia de los niños, utilizaran la tela como una hoja en blanco para bordar o escribir las letras de este cuadro tan singular.

Este bordado en el que se representan las vocales formaba parte del imaginario cotidiano de las niñas, lo que se podría interpretar que, en muchas escuelas con escasos recursos educativos, se enseñaba la lectura y la escritura a través de estas enseñanzas, o lo que es lo mismo, aprendían a leer y a escribir bordando.

[1] Reglamento de 1783 para organizar las escuelas gratuitas de niñas en la Corte, Reglamentos de 1816 y 1822.

[2] Entrevista de una mujer octogenaria de la provincia de Segovia, como testimonio de su experiencia escolar durante la posguerra española, que fue realizada por la profesora Mriam Sonlleva Velasco, con motivo de su tesis doctoral. 

Referencias bibliográficas

Ballarín Domingo, Pilar (2001): La educación de las mujeres en la España contemporánea (siglos XIX-XX). Madrid: Síntesis.

Flecha García, Consuelo (1997): Las mujeres en la legislación educativa española. Enseñanza primaria y Normal en los siglos XVIII y XIX. Sevilla: GIHUS.

Sarasúa, Carmen (2002): Aprendiendo a ser mujeres: las escuelas de niñas en la España del siglo XIX. Cuadernos de Historia Contemporánea, 24, 281-297.

Sonlleva Velasco, Miriam (2017): La escuela rural (1939-1951) y su contexto. Entrevista a una alumna segoviana. Cabás, 17, 150-167.