RETRATOS ESCOLARES

DE GRUPOS DE NIÑAS

Isabel Grana Gil

Universidad de Málaga

imgrana@uma.es

Retrataos escolares de grupos de niñas.
Museo Pedagógico de la Universidad de Huelva

Hoy en día, las fotografías son algo habitual en nuestras vidas. Todo el mundo dispone de un teléfono móvil con cámara fotográfica y por lo tanto la cultura de lo visual está cada vez más asentada en nuestras vidas. Es habitual que, cuando nos comunicamos con alguien por escrito, acompañemos el texto con una imagen y en ocasiones, las imágenes sustituyen incluso al texto.

Tanto es así que, tras varias décadas de intenso debate historiográfico a nivel internacional, cuyos inicios se remontan a la década de 1980, los historiadores de la educación mayoritariamente coinciden en la idea de que la fotografía, entendida como producto social y cultural, genera un discurso propio susceptible de ser analizado, contextualizado y contrastado. Según afirman Comas y Sureda (2021), esta convicción la convierte en una fuente útil para la historia de la educación, siempre que sea interpretada como tal y se entienda que la subjetividad inherente a cualquier producto cultural puede aportar información objetiva de interés para el estudio histórico. Es cierto que las imágenes fotográficas contienen información objetiva, y verifican la existencia de elementos, espacios o personas que la imagen hace visibles. Pero también es cierto que detrás de cualquier fotografía hay suficientes condicionantes (porqué, por quien o cuando se tomó la instantánea) que cuestionan su capacidad de reflejar la realidad de forma objetiva.

La Ley Moyano, publicada el 17 de septiembre de 1857, establecía por primera vez la obligatoriedad de la escolarización de las niñas y, por lo tanto, la existencia de escuelas femeninas que, estarán separadas de la de los niños hasta la Ley de 1970, con la salvedad de la época republicana en algunos centros escolares.

La costumbre de hacer fotografías a los grupos escolares, tanto de niños como de niñas se remonta al primer tercio del siglo XX y, por lo tanto, lo habitual es que nos encontremos con la fotografías de grupos de niñas con su maestra, en nuestro caso.

Por lo tanto, los retratos de niñas que nos encontramos en casa de nuestras abuelas o en los museos escolares o de la educación, etc. nos hacen recordar la escuela en la que se llevaron a cabo, es decir, una escuela que separaba la educación de las niñas y la de los niños, donde la figura de la maestra, como se ve en las imágenes, está en el centro, lo que nos indica que es la figura más importante de la escuela. También podemos ver, que no son espontáneas. No se trata de mostrar cómo era realmente esa escuela o grupo escolar, sino cómo querían que se viera. Todas las niñas están perfectamente peinadas y con sus mejores ropas. Además, rara vez se hacían dentro del aula, sino en el espacio que diera “lustre” al centro. En general se trataba, y aún se hace, de mostrar la mejor imagen posible de la escuela.

Por otro lado, las fotografías son para recordar lo que algún día fuimos y que formamos parte de algo. Es una forma de reconocernos como parte de un grupo. Esa es la fuerza de la fotografía. Detener el pasado para recordarnos cómo éramos cuando las veamos en un momento de calma del futuro. Seguro que todos tenemos esas fotos ya descoloridas en algún lugar de nuestras casa y algunas veces necesitamos verlas para reír o, tal vez llorar de nostalgia. La fotografía como recuerdo, como símbolo de lo que fue. No hay nada que nos reconforte más que ver las fotos de nuestra niñez o de la juventud. Y aunque veamos a alguien que ya no está con nosotros, más que llorar sonreímos por el buen momento que retrata la fotografía en la que sale. En el caso de la fotografía escolar, nos hace volver a esos años de la niñez o juventud, recordar a las compañeras, a las maestras, a la escuela, a esos años entre pupitres, lápices, libretas, etc. que nos acompañaban y que eran parte de nuestras vidas.

Resumiendo, los retratos que se hacían y que aún se siguen haciendo, en las escuelas o centros escolares, sirven para varios propósitos, entre los que cabe destacar uno de carácter más objetivo como es el hecho de servir para saber còmo era la realidad del momento, con los condicionantes que hemos nombrado, y otro de carácter más subjetivo como es recordar ese tiempo pasado.

Referencias bibliográficas

Comas Rubí, Francisca y Sureda García, Bernat (2021): La Ley General de Educación de 1970 a través de las imágenes. Historia y Memoria de la Educación, 14, 253-287.