ÁLBUM DE BORDADOS

Bienvenido Martín Fraile

Universidad de Salamanca

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Álbumes de bordados. Museo Pedagógico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla

Los estudios sobre la infancia y la mujer en una etapa concreta como es el régimen que surge tras la guerra civil en España, el periodo franquista, nos remite a la educación de la mujer de entonces, a los patrones de adoctrinamiento, al currículo formal establecido para las niñas, a la transmisión de valores específicos que moldearon generaciones sucesivas en nuestro país.

La Ley sobre Enseñanza Primaria de 1945 por lo que respecta a la educación de las niñas es clara en cuanto a la diferencia de género. La arquitectura escolar muestra la división del edificio y de las aulas para separarlos; los ritmos horarios se ajustan para que no coincidan en los recreos; el profesorado suele ser masculino para unos y femenino para las otras; los libros de texto cumplen funciones sociales diferentes.

Establece asimismo un currículo distinto en cuanto introduce disciplinas específicas y prioritarias para las niñas: labores, economía doméstica; determina comportamientos y actitudes propias de cada sexo que es preciso ir educando; mantiene como finalidad de la enseñanza primaria el formar a las niñas para que lleguen a ser mujeres cristianas, esposas y madres abnegadas en su hogar, es decir, educar para el matrimonio y la maternidad en un molde tradicional de reproducción social.

Las condiciones de vida de la mujer en la España franquista suponen el regreso a una sociedad patriarcal tradicional. La Sección Femenina marca el rol y los escenarios de actuación de la mujer. Durante décadas se impone un patrón de mujer que siempre está en su casa, absoluta y completamente supeditada al hombre, cuya máxima aspiración en la vida es el matrimonio, la familia y la crianza de los hijos.

Algunas materias que se imparten en la escuela de niñas se dirigen especialmente hacia la formación de una buena ama de casa, a quien se le confía la dirección del hogar. Será la encargada de gestionar la economía familiar en cuestión de compra de alimentos, vestidos, muebles; quien se encargará de las labores de coser, tanto las básicas de zurcidos, remiendos, ojales, dobladillos, como aquellas otras primorosas de bordados delicados; quien criará a los hijos; quien tendrá la casa limpia y dispuesta para todos.

La imagen que de la infancia femenina es transmitida en la escuela puede interpretarse y valorarse mediante un tipo concreto de cuaderno que realizan las niñas, el cuaderno de labores. Su estudio nos permite aproximarnos al discurso dentro del aula, a la transmisión de valores y contenidos asociados a la formación estrictamente femenina. Se trata de un cuaderno con formato especial que recrea en pañitos lo que una niña debe aprender para su futuro como ama de casa y madre de familia. Coser es una tarea fundamental en la economía doméstica, tanto en sus formas básicas de zurcido, remiendos, pespuntes, hilvanes, como en los más delicados de bordados, nidos de abeja, vainica y festones.

Las labores son una materia fundamental en las aulas de las niñas. Una diferencia fundamental con la actualidad del siglo XXI es la precariedad de la economía familiar de aquellos tiempos, lo que da lugar a que la ropa sea confeccionada normalmente dentro del hogar por las mujeres. Desde el menaje de toallas, sábanas o manteles, hasta los más delicados de la ropa de los bebés, pasando por el remiendo de la ropa, se observa que es un campo específico de las mujeres. Las niñas se preparan desde pequeñas para asumir esta función, la cual se considera “típicamente femenina” adornándola con una serie de cualidades referidas a la delicadeza de la mujer. El saber coser era un signo de prestigio en el ambiente social, algo que las distinguía por encima de las demás. Las clases de costura siguen siendo primordiales, donde algunas escuelas disponen de máquinas de coser, en otras los hilos de seda y las lanas de colores sirven para la confección de labores atractivas en forma de tapetes y pañitos que después se colocan en cuadernos. En la enseñanza elemental, donde asiste la población infantil femenina de clases bajas o medio-bajas el objetivo responde a lograr una mujer que se adapte a la economía del hogar, de tal forma que, como bien se dice en los cuadernos “se debe atender a lo útil y necesario antes que a las labores de lujo”. Una disciplina que desaparece de la escuela con la llegada de la democracia, quedando únicamente en el recuerdo de generaciones pasadas.