Todo objeto de conocimiento es políticamente atravesado por la construcción y mediación social. Las agendas de investigación, así como los métodos y epistemologías de base que configuran el saber sobre la sociedad y la naturaleza, vienen por lo general condicionadas por la conciencia posible y el desarrollo histórico de las fuerzas productivas. Si bien, en algunas circunstancias, este condicionamiento es relativo, tal y como se observa, por ejemplo, en la Comunicología. Pese a vivir en la era de las multitudes inteligentes, los estudios sobre Comunicación y Ciberdemocracia son más bien escasos y dispersos. La adversa política científica de financiación de estudios orientados a una visión crítica sobre el uso y apropiación social de las redes digitales, desde el punto de su impacto en procesos de empoderamiento, marcan una agenda paradójicamente improductiva o, cuando menos, de pobre imaginación sociológica a la hora de repensar las mediaciones que hoy viven y experimentan los usuarios del ecosistema digital. Pero existe una memoria de las prácticas, y una teoría e investigación sensible a estas experiencias de subversión y resistencia cultural. Por solo mencionar, desde un enfoque histórico crítico, cabe recordar el diálogo e innovación vivida en América Latina, a lo largo de las décadas sesenta y setenta, y aún hoy, entre culturas y tradiciones diversas que partieron de la idea revolucionaria, al tiempo que potente en su consistencia lógica por su simplicidad, de que los medios median, y la praxis con ellos son constituyentes de las culturas populares que han de aplicarlas. La inspiración de las nuevas miradas y saber-hacer productivo en la frontera del conocimiento del uso y apropiación de las nuevas tecnologías para el desarrollo local que alentaron los pioneros de la investigación en comunicación en Latinoamérica cumplía, en coherencia, con esta demanda de los colectivos subalternos, con saberes ancestrales en el desarrollo de formas comunitarias y democráticas de inserción de los sistemas y dispositivos de representación cultural. Hablamos claro está de la historia de la Comunicación Participativa, pero también de las lecturas heterodoxas y creativas que procuraron transitar otros caminos y derroteros negados por omisión o voluntad de poder de la Comunicación como Dominio mediante la politización de los usos públicos y la gubernamentalidad de los desarrollos de las nuevas tecnologías audiovisuales, y que, de otro modo, y en el contexto de la Sociedad de la Información, conviene actualizar para discutir y pensar los nuevos parámetros del Capitalismo Cognitivo desde nuestra propia tradición y fundamentos epistémicos.
Número Completo: https://www.dialogosfelafacs.net/edicion-no-86/