CITAS LITERARIAS

PAISAJES

Por entonces no tenía ideas tristes. Olvidé mi miseria y me sentí sosegado a la vista del puerto, apacible y bello en la semioscuridad.

Knut Hamsun, Hambre, 1890

Al atardecer, en verano, iba el tren hacia la costa atlántica del sur. El departamento estaba ya en penumbra, y por la ventanilla corría un paisaje de chumberas y olivos, bajo un cielo de verdoso azul, que como metal ardiente al enfriarse, sólo una roja lúnula traslucía allá en el horizonte.

Subía el tren un repecho, torcía luego en pronunciada curva. De pronto apareció el mar abajo, en la hondonada, y sobre el mar una estrecha faja de tierra en cuyo extremo se alzaba una ciudad: minuciosa profusión blanca de torrecillas, de terrazas, cercada por el agua. ¿Era la ciudad sumergida de la leyenda brotando a aquella hora silenciosa del seno marino? ¿Era un copo de ninfea abierto al beso del aire crepuscular? El mar estaba de un azul oscuro y profundo, y todo aparecía quieto, como si el tiempo quisiera detenerse en un encanto sin fin.

La noche había cerrado al llegar el tren al pueblo costero, y apenas si se vislumbraban sus torcidos paredones, hileras de casuchas blancas y parejas de enamorados, bien juntos, los dos cuchicheando en el quicio de la puerta, a la luz verdosa del gas que salía de los patios. Callejas en pendiente llevaban a plazuelas silenciosas, y tras ellas, al fin cercano en olor denso y amargo, brotó su rumor hondo, largo, extraño, como el de unas alas inmensas que chocaran en vuelo impotente.

Al pie del murallón los pasos se hundían ya en la arena, y por el aire negro, tal vagos fantasmas, surgieron las velas de las barcas pesqueras. Allí estaba él: en lo oscuro, un lamento de gozo o de pena; una voz insomne llamando nadie sabe qué o quién en la vastedad sin nombre de la noche.

Luis Cernuda, Ocnos, 1942

Desde la altura aún tuvimos una vez más una vista sobre una hermosa ensenada. Dos peñascos salientes formaban una estrecha embocadura; en la tranquila superficie sombreada de verde, de la deliciosa ensenada colgada con matorrales, Flotaba barquilla de pescador y por la estrechura de la grieta de las peñas se veía el altamar.

W F von Humboldt, Los vascos. Apuntaciones sobre un viaje por el País Vasco en primavera del año 1801

Solitario, en el muelle desierto, en esta mañana de Verano,
miro hacia el lado de la barra, miro al Indefinido,
miro y me contenta ver,
pequeño, negro y preciso, un paquebote entrando.
Viene aún muy lejos, nítido, clásico a su manera.
Deja en el aire distante tras de sí la orla vana de su humo.
Viene entrando, y la mañana entra con él, y en el río,
aquí, acullá, despierta la vida marítima,
yérguense velas, avanzan remolcadores,
surgen barcos pequeños por detrás de los navíos que están en el puerto.
Hay una vaga brisa.
Pero mi alma está con lo que veo menos.
Con el paquebote que entra,
porque él está con la Distancia, con la Mañana,
con el sentido marítimo de esta Hora,
con la dulzura dolorosa que sube en mí como una náusea,
como un comienzo de mareo aunque del espíritu[...]

“¡Ah, las playas lejanas, los muelles vistos desde lejos,
y después las playas próximas, los muelles vistos desde cerca,
el misterio de cada partida y de cada llegada.

Fernando Pessoa, Oda Marítima, 1915

Lejos, en la bruma que cerraba el horizonte, corrían como ovejas asustadas las barcas pescadoras, con la vela casi recogida y negruzca por el agua, sosteniendo una lucha de terribles saltos, enseñando la quilla en cada cabriola, antes de doblar la punta del puerto, amontonamiento de peñascos rojos barnizados por las olas, entre los cuales hervía una espuma amarillenta, bilis del irritado mar.

Vicente Blasco Ibañez, Lobos de mar y otros cuentos, 1899

Era el tiempo de las calmas de enero cuando el anticiclón deja el aire como un humo suspendido y los gatos duermen entre las redes de la explanada del puerto y la profunda limpieza del silencio trae el sonido de las barcas que faenan a varias millas de la costa. En el muelle de los pescadores había puestos de erizos recién sacados de los bajos de aguas claras que emergen cerca del acantilado.

Manuel Vicent, Son de Mar, 1990

Mira la mar: ¿oyes cómo murmuran sus olas con una voz tan llena de encanto y de terror? Parecen murmurar graves secretos, en una lengua desconocida. Las olas son, María, aquellas sirenas seductoras y terribles, en cuya creación fantástica las personificó la florida imaginación de los griegos: seres bellos y sin corazón, tan seductores como terribles, que atraían al hombre con tan dulces voces para perderle. Pero tú, María, no atraes con tu dulce voz para pagar con ingratitud; no: tú serás la sirena de la atracción, pero no en la perfidia. ¿No es verdad, María, que nunca serás ingrata? -"Nunca" - escribió María en la arena; y las olas se divertían en borrar las palabras que escribía María, como para parodiar el poder de los días, olas del tiempo, que van borrando en el corazón, cual ellas en la arena, lo que asegura tener grabado en él para siempre.

Fernán Caballero, La gaviota, 1849

Es fuerte, este litoral. Lo he mirado docenas y docenas de veces, conozco su pétrea indiferencia, pero su atracción es tan viva como la primera vez. Las imágenes de la infancia son así: insustituibles, irremplazables, uno las transporta toda la vida.

Josep Pla, Un viaje frustrado, 1982

Aquella travesía desde el puerto de Veracruz hasta el de Cádiz, con escala de carga y pasaje en el puerto de la Habana, nuestra perla antillana, puede ser calificada como viaje de puro encantamiento celestial, ése que sueñan los jóvenes que buscan la aventura de la navegación por parajes exóticos e islas perfumadas, aunque después la mar les muestre otra cara bien distinta y real en más de una ocasión.

Luis Delgado Bañón, La fragata Sirena, 2003

El horizonte azul del Mediterráneo, seductor y embaucador de audaces, guardó el secreto de la fascinación –abrazando en su pacífico seno a las víctimas de todas las guerras, tempestades y desastres de su historia– bajo la maravillosa pureza de su cielo crepuscular.

Josehp Conrad. El pirata, 1923

Atlas del Patrimonio Cultural en los Puertos de Interés Pesquero de Andalucía

Agencia Pública de Puertos de Andalucía Universidad de Sevilla Unión Europea

Consejería de Fomento y Vivienda. Agencia Pública de Puertos de Andalucía

Proyectos de I+D+i 2013-2015.

Dinamización de los enclaves pesqueros del Sistema Portuario Andaluz.