El problema del conocimiento de una forma histórica tiene,
a su vez, una doble vertiente. En primer lugar, sobre lo que
podemos entender como conocimiento en sí, constatamos que
a partir de las propuestas estructuralistas de mediados del XX,
las teorías sobre los procesos cognitivos avanza en la
proposición de modelos dinámicos, en los que se
presupone la existencia en el sujeto de un mapa cognitivo en
continua transformación interactiva con la experiencia.
Complementariamente, estas teorías han ido rompiendo
definitivamente la idea de una estructuración del
conocimiento en compartimentos especializados y cuasi-estancos,
planteando la necesidad de una permanente sensibilidad abierta en
muchas direcciones interconectadas. En segundo lugar, la
interpretación de las formas culturales ha ido asumiendo
progresivamente la necesidad de atender tanto a las grandes
corrientes de valores universales, como a los fenómenos
arraigados en entornos o contextos concretos, en una
relación clara, por otra parte, con la evolución de
las propuestas antropológicas. La consideración, a
su vez, de la distancia histórica nos lleva, sin duda, a
los planteamientos de la hermenéutica
contemporánea, con su consideración del objeto como
"documento", y por tanto con un doble valor: en primer lugar, el
"documento" es la principal puerta de acceso a unos sistemas de
significados cuyas estructuras internas debemos tratar de
esclarecer interviniendo desde un mundo de significados muy
distantes y, por tanto, con un enorme conflicto
metodológico de partida. En tercer lugar, y como
consecuencia de este valor testimonial insustituible, el
"documento" plantea la exigencia de su más estricta y
escrupulosa conservación, ante la posibilidad de destruir
o alterar valiosos indicios de significado, hoy herméticos
pero traducibles en el futuro.
EL GRUPO ASUMIRÍA, COMO
HIPÓTESIS DE PARTIDA, que es posible una convergencia
operativa de los distintos campos de conocimiento, hoy dispersos
e inarticulados, que inciden sobre el patrimonio
arquitectónico (información documental,
arqueológica, arquitectónica, visual,
analítica, económica, etc.). Esta convergencia
(básicamente información heterogénea
interrelacionada o interconectada) debe conducir a un modo de
conocimiento integrado y flexible que sea capaz de dar respuesta
a la determinación de los valores
histórico-artísticos-tecnológico-semántico
de la arquitectura, que además deberían servir de
base para optimizar significativamente la toma de decisiones en
relación con dicho patrimonio (protección y
difusión). Para la resolución de esta
hipótesis se plantean varias objetivos claramente
diferenciados e interrelacionados:
- El debate,caracterización, organización y análisis de
los campos de conocimiento donde emanará la
información necesaria.
- Elaboración de criterios
para la gestión interrelacionada de toda esta
información dirigida a establecer estrategias
interdisciplinares.
- Desarrollo de experiencias que permitan
verificar y redefinir las hipótesis así como la
aplicación de las nuevas tecnologías en el
desarrollo y transferencia de los dos objetivos anteriores.
- La formación de investigadores mediante la presencia en los
ciclos de grado universitario, master, programas de doctorado,
congresos y otros foros de discusión y debate.
::Proyectos I+D+I::
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( Última actualización: 05/04/2024 )