Alvar Aalto, Villa Mairea, Noormarkku, 1938-1939

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“Conversaciones con Michael Auping”


TA: La esencia de la filosofía zen es el círculo. El círculo representa el infinito. Cuando usted habla de mis curvas, tal vez se refiere a una cuarta o una sexta parte del círculo como símbolo del infinito. El modo en que uno conecte el resto del círculo para formar su propio universo depende de su mente. Intento lograr que el espectador tenga la posibilidad de completarlo en su mente, de que llene el espacio. Hay una serie de grandes edificios en Occidente y en Oriente que incorporan este concepto, como el Panteón de Roma, cuya parte superior es una semiesfera perfecta y la inferior es un cilindro con el mismo radio y la misma altura. La luz penetra en el espacio a través del centre de la cúpula. Es un espacio perfecto. La escala es perfecta para el cuerpo humano y para la posibilidad de pensar en la forma humana en relación con el universo. Cuando un coro canta en ese espacio, la voz humana resuena como si fuera un universo. Los domingos, a las diez de la mañana, hay un coro que canta. El noviembre pasado me pidieron que diera una conferencia en la Universidad de Roma y pude asistir a la misa. Aquello me confirmo que la arquitectura no es solo una forma, no solo luz, sonido o materiales, sino la integración ideal de todo. El elemento humano es la clave que lo une todo. Un gran edificio solo cobra vida cuando alguien entra en él. Una forma no es imaginación. Una forma pone de manifiesto la imaginación, y el Panteón lo logra de una forma muy poderosa.

ANDO, Tadao (2003): Conversaciones con Michael Auping. Barcelona, GG, p.25


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