Alvar Aalto, Villa Mairea, Noormarkku, 1938-1939

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“La reducción estructural del "arte mínimo"”


El termino «minimal»—mínimo—se puso de moda en el ano 1965 por obra de R. Wollheim. La tendencia—conocida asimismo bajo los nombres de arte reduccionista, «cool art», «ABC art» o estructuras primarias—se ha con-vertido en un estilo escult6rico, en el que las diferentes formas están reducidas a estados mínimos de orden y complejidad desde una perspectiva morfológica, perceptiva y significativa. Se desarrollo en el mundo anglosajón, en es¬pecial en EE. UU., y ha destacado también el grupo argen¬tine3. Conoce su apogeo entre 1965 y 1968.

Desde la dimensión sintáctica de sus temáticas de orden estas obras personifican estados de máximo orden con los mínimos medios o complejidad de elementos. El arte mínimo niega el carácter relacional, en el sentido explicado, y afirma sobre todo los valores del todo como algo indivi¬sible. El «minimalista» esta mas interesado por la totalidad de la obra que por las relaciones entre las partes singulares o por su ordenamiento composicional. Esta renuncia explica el empleo preferente de formas primarias, que no están disueltas en partes ni instauran relaciones mutuas, sino que constituyen un todo indivisible. Por esto abunda en estas obras la «gestalt» simple como forma constante, conocida. El todo es mas importante que las partes, o como diría D. Judd: «E1 problema principal es mantener el sentido del todo”.
' Cit. en BATTCOCK, ibid., p&g. 154. Cfr. pdg. 155.

El arte mínimo reestructura articulaciones primarias del espacio y de las formas. La nota característica de la significación de una «gestalt»—o forma—simple es que una vez recibida la información se desgasta muy rápidamente.

Este desgaste significativo precipitado de códigos perceptivos y de reconocimientos elementales se ha visto compensado por otros efectos en sus relaciones con el espectador. Me refiero al hecho de que la economía de la forma y las dimensiones provoca efectos de presencia, de evidencia. «La conciencia perceptiva—ha escrito Merleau-Ponty—no nos ofrece la percepción como una ciencia, la dimensión y la forma del objeto como leyes... En la evidencia de la cosas es donde se funda la constancia de las relaciones y no que la cosa se reduzca a relaciones constantes» 13. La obra, el objeto es uno de los términos que entabla relación con un espectador, que la percibe desde diferentes posiciones y bajo condiciones variables de luz y espacio. El efecto de presencia y evidencia se origina al comparar la dimensión constante de la obra con la del propio cuerpo del espectador…. En cualquier caso, la percepción de la constancia perceptiva de la buena forma o de la dimensión remite a una experiencia en el minimalismo, donde el cuerpo y la obra están estrechamente ligados. La expe¬riencia minimalista de la presencia reduce estos fenómenos a una función existencial, perceptiva, no a algo intelectualmente acabado.
13 Fenomenología de la percepción, p348

MARCHAN, Simón, 1972, Del arte objetual al arte de concepto, Madrid, Albero Corazón Editor, pp111-117


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